Un grupo de ex narcotraficantes de México fueron entrevistados por una catedrática de la Universidad de Bristol, Inglaterra. Karina García tomó el testimonio de los criminales al abordar temas como su niñez y adolescencia, además de su etapa dentro del crimen organizado y los excesos que conlleva con el consumo de alcohol y drogas, y la violencia que se desencadena con el vandalismo. En sus discursos contaron el motivo por el que consideran fracasan las acciones contra el narco.
La profesora de la Escuela de Sociología, Política y Relaciones Internacionales y del departamento de Estudios Latinoamericanos de dicha universidad, indicó la importancia de reconocer que los narcos son parte de la sociedad y están expuestos a los mismos discursos, valores y tradiciones que todo el mundo. Los más de 30 testimonios que recopiló coincidieron en su mayoría que entrar al narco no fue su única opción “para salir adelante”. Indicaron que ellos querían “más”.
En las entrevistas publicadas originalmente en el Centro de Investigación Periodística (CIPER) de Chile que son parte del trabajo de doctorado de la académica, que fueron retomadas por la BBC, los exnarcos también expresaron que no se ven como criminales sanguinarios, son más bien “personas desechables”.
La investigadora afirmó que ese sentimiento de marginación junto con sus problemas de adicciones a las drogas y ante la falta de tener un propósito general en la vida, hace que valoren poco sus vidas, por lo que ven en la muerte, “un alivio”. De tal manera, Karina García considera que la tarea central para evitar que sigan sumándose más personas al narco, es evitar que niños y jóvenes se sientan “desechables”.
El machismo, la pobreza y el rencor a los papás
La mayoría de los entrevistados asumen que la gente pobre no tiene futuro, y por lo tanto no tienen nada que perder, como fue en su caso. Así lo dijeron Wilson, Lamberto y Tabo, parte de los excriminales: "Yo sabía que iba a crecer y morir en la pobreza, y solo le preguntaba a Dios: '¿Por qué yo?". "La pobreza se naturaliza, se entiende como una condición inevitable sin señalar responsables. Se da por sentado que "alguien tiene que ser pobre" (Lamberto) y que "no puedes hacer nada para evitarlo" (Tabo).
La lógica del discurso del narco en términos de pobreza es que los individuos están solos y por lo tanto impera "la ley del más fuerte", indicó otro entrevistado llamado Yuca. Así también lo explica Cristian: "En mi barrio todos sabíamos las reglas: el que se duerme pierde. Esa era la ley. Tienes que ser rudo, violento, uno se tiene que cuidar porque nadie lo va a hacer por ti".
Asimismo, la violencia como parte del machismo la tienen arraigada los narcos. "Un hombre de verdad tiene que ser agresivo, violento y mujeriego”. Los hombres no nacen violentos, se hacen. Como lo explica Jorge, otro testimonio: "Cuando era niño, los niños más grandes me pegaban, se aprovechaban de mí porque estaba solo. Yo no era violento… pero tuve que volverme violento, más violento que ellos. Lo tienes que hacer si quieres sobrevivir en las calles".
Un tema recurrente entre 28 de los 33 exnarcos entrevistados dijeron tener rencor en contra de sus padres. Admitieron que en algún punto de sus vidas su mayor ilusión era matar a sus papás. La fantasía de matar y hacer sufrir a sus padres era su mayor motivación para trabajar en el narco, aseguraron.
Al respecto, Rorro, otro exmiembro del narcotráfico explicó: "Cuando era niño no tenía ilusiones, o planes para el futuro, mi único pensamiento era matar a mi padre cuando fuera grande… lo quería cortar en pedacitos". Y ser parte del narco le otorgaba esta oportunidad.
Con base en lo anterior, la investigadora identificó que la pobreza y las masculinidades tóxicas, son los dos ejes transversales para que además del narcotráfico, pululen situaciones violentas en la milicia, guerrillas y en las pandillas como las maras, por lo que coincide que el trabajo para erradicar el tema del narco es atender de manera focalizada las zonas en cada barrio donde se presentan los dos ejes.
“Lo que más urge es un cambio de paradigma: que los militares regresen a los cuarteles, que los problemas complejos se empiecen a resolver localmente (aunque eso no les otorgue medallitas a los políticos), y dejar a un lado el discurso binario que justifica la muerte de ‘ellos’, el cual solo alimenta su indiferencia hacia "nosotros", puntualizó la investigadora.
SIGUE LEYENDO:
La comerciante que fue abusada y obligada a decir que era de Los Zetas: pasó 7 años en prisión
RMG