Loretta Ortiz aseguró que su desempeño como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) será en todo momento con independencia, imparcialidad y autonomía, esenciales para la función jurisdiccional.
Este martes se realizó la ceremonia de su investidura en el salón del Pleno del máximo tribunal, donde el ministro presidente Arturo Zaldívar le colocó la toga y le entregó las credenciales correspondientes como nueva ministra.
Ortiz estuvo acompañada de su esposo José Agustín Ortiz Pinchetti, titular de la Fiscalía Especializada en Materia de Delitos Electorales (FISEL) y quedó adscrita a la Segunda Sala de la SCJN.
La ministra refrendó su compromiso de abogar por la adopción colegiada de criterios garantistas y protectores que den primacía a las normas que mejor amparen a los justiciables y de forma conjunta recurrir a métodos más extensivos de interpretación y aplicación de las normas que maximicen el alcance de los derechos y opten por los criterios menos restrictivos.
“Señores ministros, encontrarán en mí una voz propositiva, congruente y siempre motivada por la genuina aspiración de convertir en realidad los derechos humanos consagrados en nuestro orden constitucional”, aseguró.
“Una voz que desde una visión de una justicia deliberativa propia de un tribunal constitucional aporte al objetivo común de consolidar una impartición de justicia efectiva, abierta y cercana a la sociedad, que en última instancia contribuya a reivindicar la legitimidad del máximo tribunal frente a la ciudadanía”, señaló.
El ministro presidente Arturo Zaldívar señaló que la llegada de Ortiz a la Corte es histórica porque por primera vez hay cuatro mujeres y se encamina a la paridad.
“Hoy es un día histórico porque se incorpora una cuarta ministra, por primera vez hay cuatro ministras.
“Esto nos coloca en un camino muy claro a la paridad que espero se alcance con los próximos nombramientos”, indicó Zaldívar.
El ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena destacó que Ortiz nació y creció rodeada de médicos, por lo que no es extraño que su legado alimentara el interés por la justicia.
Gutiérrez Ortiz Mena señaló que la Constitución impone a los integrantes de la Corte un diálogo con otros poderes, a quienes sirven de contrapeso. “Un tribunal constitucional debe definir, respetar y garantizar los alcances y límites de la Constitución desde la Constitución y nunca sujetar sus decisiones a los vientos políticos.
“Nuestra Constitución también nos impone un diálogo con los poderes electos, a quienes servimos de contrapeso”, enfatizó.
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