Ignacia Jasso vestía con faldas debajo de la rodilla y casi siempre con peinado de chongo, pero detrás de esa imagen recatada estaba la líder del narcotráfico en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Era la década de 1920 en la ciudad fronteriza con Estados Unidos que vivía los estragos de la Ley Seca y eso era aprovechado por los traficantes de Chihuahua. Uno de ellos era Pablo González ‘El Pablote’ que exprimió aquella “época dorada” para pasar “del otro lado” cargas de drogas ilícitas para los adictos a las sustancias nocivas.
Juárez vivía en opulencia en la década de 1920
En aquella época Ciudad Juárez vivía un período de opulencia y progreso con la construcción de cafeterías, restaurantes, hoteles, bares y casinos, recuerdan las crónicas de los medios locales.
Sobre la calle Mariscal en el cruce con Segunda de Ugarte, largas filas de personas, entre ellas estadounidenses con elegantes trajes y en sus vehículos esperaban a entrar al cabaret del momento: La Fiesta.
La vida nocturna y la pululación de bares y otros recintos de esparcimiento inundaban de gente las calles de Juárez y más aún de veteranos estadounidenses de la Primera Guerra Mundial que se habían vuelto adictos a la marihuana y a la heroína que las buscaban junto con el alcohol que estaba prohibido en su país.
En la proliferación del consumo de las drogas, Pablo González vio la oportunidad de hacer negocio y comenzó así su carrera para monopolizar el mercado.
Hacia 1925, González e Ignacia Jasso ya controlaban el tráfico de drogas en la ciudad fronteriza al asesinar en una sola noche a una decena de inmigrantes chinos que controlaban el narco desde negocios fachada de lavanderías y cafeterías que eran usados como burdeles.
El error que convirtió a ‘La Nacha’ en la jefa del narco en Juárez
Sin embargo, la noche del 11 de octubre de 1931 ‘El Pablote’ protagonizó una pelea de cantina con un policía con el que se batió a un duelo donde el ganador fue el representante de la ley al dar par de balazos mortales a Pablo González.
Tras su repentina muerte, Ignacia Jasso mejor conocida en el “medio” como ‘La Nacha’, se hizo con el control del narco en Juárez.
‘La Nacha’ era de tez morena, de baja estatura y de complexión medio robusta, y aunado a su recatada forma de vestir con faldas debajo de la rodilla y zapatos cerrados, con un peinado alto con chongo, Jasso parecía una mujer normal; sin embargo, operaría su imperio desde su hogar en la calle Degollado número 218 en Juárez.
‘La Nacha’ además de la venta de drogas, controlaba los “picaderos” que las mismas autoridades locales conocían pero toleraban. La narco controlaba a su vez a la policía y a los mismos habitantes del barrio Bellavista y de las colonias aledañas “ayudándoles” con dinero que mantenía alejada a la violencia.
La viuda de González nunca permitió la competencia en su negocio ilícito y con la corrupción de las autoridades y con la solidaridad de las familias pobres que varias veces evitaron que ‘La Nacha’ fuera arrestada por algún desacuerdo con la policía, afianzó su poder.
‘La Nacha’ heredó el narco hasta sus nietos
‘La Nacha’ y ‘El Pablote” tuvieron cuatro hijos: Ignacia, Manuel, Natividad y Pabla, quien fue madre de Héctor González ‘El Árabe’, uno de los máximos distribuidores de droga en la década de 1960.
El dominio del considerado por varios expertos como el primer cártel del narcotráfico en la frontera se extendió a Estados Unidos donde el primer director de la Oficina Federal de Narcóticos (antecesora de la DEA), Harry Anslinger, solicitó la extradición de ‘La Nacha’ al gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho.
Así ‘La Nacha’ se convertía en la segunda figura mexicana que el gobierno estadounidense exigía para ser juzgada en sus tribunales después que lo solicitaran con Pancho Villa, ambos personajes considerados como peligrosos por EU.
La organización criminal de Ignacia Jasso caería en una trampa de la Oficina Federal de Narcóticos para ser desarticulada, pero pese a ello nunca se autorizó su extradición, por lo que logró lo que muchos narcos añoran: morir en libertad y heredar su imperio que estuvo por más de 50 años vigente.
RM