Tras el derrumbe en el Cerro de Chiquihuite que al momento registra un fallecido y al menos 10 desaparecidos, varias voces se manifestaron para criticar las construcciones en asentamientos irregulares.
Usuarios en redes sociales se pronunciaron por el riesgo de edificar viviendas cerca de los asentamientos irregulares que corren el riesgo de colapso y señalaron que ello se debe a la llegada de “paracaidistas” que invaden los terrenos para apropiarselos, algunas veces de manera legal.
Al respecto, la abogada y activista Kalycho Escoffié, desmitificó los prejuicios sobre las personas en asentamientos informales precarios (AIP) y explicó la razón por la que viven ahí.
Detalló que muchos asentamientos fueron promovidos por industrias y autoridades para albergar a la mano de obra precarizada que llegaba a las ciudades. En el siglo XX se dieron varios capítulos en los que las autoridades les indicaban dónde asentarse pensando que les mantendrían al margen, aunque otros AIP fueron creados por el derecho.
Agregó que a finales del siglo XX y principios del XXI se emitieron normas ambientales que prohíben la presencia de asentamientos en ciertas zonas. Pero ya había gente en ellas desde hace décadas y de la noche a la mañana se convirtieron en "ilegales".
Por lo anterior, la experta citó un ejemplo con un asentamiento en la alcaldía Tlalpan cuyo origen es que un hacendado le indicó a un trabajador suyo que podía habitar una loma que era de su propiedad. La familia se instaló, pero llegó la revolución y el hacendado fue expulsado, pero la familia permaneció ahí hasta nuestros días.
¿Por qué crecen los asentamientos irregulares?
Escoffié explicó que otro factor de origen y crecimiento de los AIP es la falta de opciones habitacionales en las ciudades. Mucha gente desalojada de arrendamientos, damnificada de sismos u otros desastres, víctima de desplazamiento forzado por violencia y desalojada por megaproyectos, llegan ahí.
Su presencia es síntoma de las fallas estructurales para garantizar la vivienda y la ciudad sin discriminación. Escoffié aseguró que vivir en un AIP no es gratis. La gente debe conseguir agua y servicios con aportes que a veces superan lo que se paga en las zonas reconocidas.
Además, agregó que en dichos asentamientos existe el arrendamiento informal, muchas de esas casas con materiales precarios, hacinadas y sin servicios son rentadas. Hay gente que renta parte de sus terrenos o incluso hay caseros externos aprovechándose de la necesidad, sentenció.
RMG