Las cascadas petrificadas de Hierve el Agua son uno de los principales atractivos del estado y uno de los paisajes más impresionantes de todo el país. El contraste entre los colores de la sierra en Valles Centrales, las cascadas y el agua de las pozas lo vuelven un lugar único.
Algo semejante a lo que sucede en este lugar solo es posible encontrarlo en Turquía, en Pamukkale, donde el agua petrificada parece nieve.
Las cascadas petrificadas son uno de los patrimonios más importante del país
Además de su belleza, su historia es fascinante. Las poblaciones zapotecas crearon un sistema de riego con una serie de canales que encauzaban el agua y la conducían hasta las zonas de cultivo, lo que permitió un aprovechamiento del agua sin precedentes en toda Mesoamérica.
Desde hace millones de años, las cascadas se han ido petrificando a causa de los minerales que contiene el agua, específicamente el carbonato de calcio. Debido al lento descenso del agua, estas formaciones geológicas se han formado a lo largo de los 30 y 12 metros de altura que, aproximadamente, miden las cascadas.
El agua del manantial brota del interior de las montañas y, al contacto con el aire, se calcifica
Algunas de las pozas que se pueden encontrar en el territorio son artificiales y tienen el principal objetivo de acumular un volumen considerable para permitir que las personas puedan sumergirse en ellas.
A pesar de que las aguas no son termales, tienen una temperatura promedio de entre 22 y 25°C, lo que las hace ideales para nadar. Sin embargo, las autoridades no recomiendan nadar en los cuerpos de agua para que mantengan su belleza y puedan conservarse de la forma adecuada.
Este lugar se encuentra en la Sierra Mixe de Oaxaca, en el municipio de San Lorenzo Albarradas, a 70 kilómetros de la capital.
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