Garza, Treviño, Cavazos, Villarreal, Montemayor, Salinas, Cantú, Rodríguez, entre otros, son considerados los apellidos que más tienen los habitantes de Nuevo León, convirtiéndose los más representativos de la entidad.
De acuerdo con la Sociedad de Genealogía de Nuevo León, muchos de los apelativos reconocidos como propios de los regios tienen distintas vertientes, y en su mayoría provienen de migrantes, luego de la fundación de Monterrey, a cargo de Diego Montemayor.
Antes del siglo XVI no era común el uso de los apellidos, el pueblo no tenía acceso a los árboles genealógicos, solo las familias ricas de ese tiempo.
Además, los hacendados pasaban nombres o apelativos a sus esclavos completamente diferentes a los de sus padres.
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Las actas matrimoniales de la Catedral de Monterrey y de la Parroquia de Santiago Apóstol fueron referencias para encontrar pistas sobre el origen de los apellidos.
Por ejemplo, se encontró que en 1800 había familias compuestas por indígenas y mulatos, y existían algunas familias españolas en la región del Cañón del Huajuco, así lo informó Milenio.
En los primeros 200 años de la conformación del Nuevo Reino de León era común en los pueblos que se realizaran matrimonios entre familiares, por eso se dice que en Nuevo León se casan entre primos.
Antes, las personas descendían de dos o tres familias, es decir, tenían consanguinidad en quinto grado, tenían que pedir dispensa a la Iglesia, por lo que esta institución documentó esto, se sabe que había personas que son nacidas de miembros de la misma familia.
“Cuando vas a los ranchos, la mayoría desciende de dos o tres familia, por eso antes la gente se decía ‘primos’, porque en verdad lo eran. Pero nos ha servido a nosotros, porque cuando había consanguinidad en quinto grado, había que solicitar dispensa a la Iglesia, y esos documentos nos ayudan mucho”, indicó la Sociedad de Genealogía de Nuevo León.
atm