La caravana migrante llegó este domingo a territorio oaxaqueño, luego de dos semanas de caminar a paso lento por Chiapas y sostener dos enfrentamientos con la Guardia Nacional (GN).
Disminuidos, los extranjeros, en su mayoría originarios de Centroamérica, desistieron de tomar la ruta hacia Tuxtla Gutiérrez y escalar por la entidad hasta conectar con Veracruz.
Por el centro del estado, un contingente de militares y agentes migratorios esperaba a la caravana, por lo que los extranjeros optaron por dirigirse hacia el municipio de Chahuites, donde descansaron para este lunes retomar la ruta por el Istmo de Tehuantepec.
Previo a su salida de Arriaga, el último municipio de Chiapas que pisó la caravana, un operativo del Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró a unos 70 extranjeros que se trasladaban a bordo de vehículos particulares y tráileres que transitaban por esta ruta federal que conduce al centro del país.
El contingente se redujo a unas tres mil 600 personas, entre las que viajan muchos menores con la firme intención de llegar a la Ciudad de México, pero en el camino, poco a poco, las autoridades se han encargado de debilitar el paso de este grupo.
El resto de los detenidos han sido trasladados hacia Tapachula y, un grupo menor, fue enviado a Puebla con visas humanitarias que les permitan su estado regular en México.
Según datos proporcionados por el activista Irineo Mujica, en este grupo viajaban alrededor de 80 embarazadas, una de ellas que dio a luz el pasado 4 de noviembre durante su estadía en Pijijiapan.
“Al menos cuatro mujeres han tenido la necesidad de recibir atención médica debido a complicaciones en su salud por su embarazo que presentan, pero todas están fuera de peligro”, explicó el dirigente.
Los migrantes han denunciado hostigamiento por parte del INM en Chiapas, por lo que responsabilizan a este instituto de cualquier situación que ponga en riesgo la integridad física de los integrantes del contingente.
PAL
