Deportado por Trump

Piden justicia para Mervin, venezolano de 29 años: buscaba el sueño americano y acabó en la megacárcel de Bukele

La administración Trump asegura que pertenece al Tren de Aragua, pese a que no tiene antecedentes criminales, a causa de sus tatuajes, en los que expresa el amor por su familia

Piden justicia para Mervin, venezolano de 29 años: buscaba el sueño americano y acabó en la megacárcel de Bukele
Mervin y sus tres amigos dedicaban su tiempo libre a jugar fútbol. Foto: Especial

Mervin Yamarte y sus tres amigos inseparables, Ringo Rincón, Andy Javier Perozo y Edwuar Hernández, quienes crecieron juntos en Maracaibo, Venezuela, pero huyeron de la crisis económica de su país para rehacer sus vidas en Dallas, Texas, fueron arrestados el pasado jueves por agentes armados en su hogar compartido. 

Lo que parecía ser un proceso rutinario de deportación a Venezuela tomó un giro aún más dramático: las familias descubrieron que los hombres habían sido enviados a El Salvador y trasladados a la megaprisión de Nayib Bukele, conocida por denuncias de abusos a los derechos humanos. 

Los cuatro, que crecieron jugando fútbol y soñando con un futuro mejor, habían llegado a Estados Unidos en 2023 tras atravesar Centroamérica y México, cruzando ilegalmente el Río Bravo. 

En Dallas, trabajaban largas jornadas, en una fábrica de tortillas, como repartidor o en una tienda online, y compartían una casa mientras intentaban mantener a sus familias, incluidos hijos pequeños que dejaron atrás. Sin embargo, su nueva vida se derrumbó cuando fueron detenidos sin que sus familias conocieran los cargos exactos en su contra.

Firmó para aceptar su deportación pensando que iría a Venezuela

Mervin Yamarte, de 29 años y padre de una hija, llamó a su madre, Mercedes Yamarte, desde un centro de detención en Texas y le relató que les pidieron firmar documentos de deportación, asegurándoles que pronto regresarían a Venezuela. 

Pero el sábado, Mercedes vio un video publicado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele que mostraba a presuntos pandilleros siendo sacados violentamente de aviones provenientes de Estados Unidos. Entre ellos reconoció a su hijo, arrodillado, con la cabeza rapada y una camisa negra rasgada, en una imagen que la dejó sin palabras. “No podía hablar”, dijo entre lágrimas a The Washington Post.

La deportación de los cuatro amigos se llevó a cabo bajo un decreto secreto firmado por el presidente Donald Trump, quien invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una norma de tiempos de guerra que permite expulsar a extranjeros sin proceso judicial. 

Según fuentes, Trump utilizó esta facultad para deportar rápidamente a venezolanos acusados de pertenecer a la pandilla Tren de Aragua. Aunque un juez federal ordenó detener estas acciones y traer de vuelta cualquier avión en curso, tres ya habían aterrizado en El Salvador, donde Bukele afirmó que más de 200 presuntos pandilleros venezolanos fueron encarcelados.

Familias insisten en que no tienen vínculos con el Tren de Aragua

El joven no tenía antecedentes penales en Venezuela. Foto: Especial

Las familias de Yamarte, Rincón, Perozo y Hernández insisten en que los hombres no tienen vínculos con el Tren de Aragua. “Si hay personas con antecedentes penales, búsquenlas. Pero los inocentes no deberían pagar por los demás”, clamó Mercedes Yamarte. 

Los familiares destacan que los cuatro eran hombres de familia, sin antecedentes penales verificables en Venezuela, y que sus tatuajes —como el de Yamarte, que dice “Fuerte como mamá”— reflejan su amor por sus seres queridos, no una afiliación criminal. 

En Dallas, Jonferson Yamarte, hermano menor de Mervin, presenció el arresto y relató cómo agentes armados irrumpieron en la casa, preguntando por tatuajes y nombres. Él no fue detenido, pero su hermano y amigos sí.

Las madres, parejas e hijos de los deportados, que planeaban una fiesta de bienvenida en Venezuela, ahora viven una pesadilla. “Se sentía como si alguien hubiera muerto en la casa”, dijo Yareli Herrera, madre de Hernández. Jeannelys Parra, pareja de Yamarte, describió el rostro de su esposo en el video como uno de “dolor y miedo”.

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