Donald Trump asumió el cargo de presidente de Estados Unidos el lunes, convirtiéndose en el 47º mandatario del país. Su toma de posesión marca el regreso de los republicanos al control unificado del gobierno, con la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes bajo su dominio, con asistentes como Joe Biden, Melania Trump, Barron Trump, entre otros más.
La toma de posesión no ocurrió en el tradicional espacio al aire libre, ya que el frío obligó a trasladar la ceremonia a la Rotonda del Capitolio, por primera vez en 40 años. Además, el desfile inaugural se reemplazó por un evento en un estadio del centro de Washington, lo que alteró los planes de muchos seguidores que esperaban presenciar el acto en el National Mall.
A pesar de esto, Trump comenzó su jornada con un servicio de oración en la Iglesia Episcopal de San Juan, antes de dirigirse a la Casa Blanca, donde fue recibido por el presidente saliente, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, en un gesto de reconciliación.
Este regreso histórico de Trump a la Casa Blanca llega después de un periodo turbulento. Durante su mandato anterior, su gobierno enfrentó una crisis económica y la pandemia del COVID-19. Además, fue acusado de incitar el asalto al Capitolio en enero de 2021. En esta ocasión, ha prometido indultar a muchos de los involucrados en aquel disturbio como parte de su enfoque de "restauración completa" de Estados Unidos.
Con su segundo mandato, Trump tiene planes ambiciosos, comenzando con la firma de múltiples órdenes ejecutivas. Estas incluyen medidas para aumentar las deportaciones, acelerar la prospección de combustibles fósiles y disminuir las protecciones laborales.
En cuanto a sus políticas migratorias, revivirá la iniciativa del Título 42 para restringir el acceso de nuevos inmigrantes al país, y se espera un enfoque más agresivo en la producción de energía doméstica.
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