Un hombre que defraudó cerca de tres millones de dólares haciéndose pasar por artistas como Justin Bieber, Billie Eilish y Post Malone para estafar a organizadores de conciertos fue sentenciado a casi cinco años de cárcel en Estados Unidos.
Se trata de Terronce Morris, de 42 años y residente de Texas, quien junto con un cómplice, Blake Kelly, de 37 años y radicado en California cometían la estafa con "contratos de conciertos falsos y fraudulentos".
Ambos fabricaron contratos con firmas falsas de Justin Bieber, Billie Eilish y Post Malone, en los que aseguraban sus actuaciones para festivales de música, según recogió en febrero pasado el canal NBC News.
Sigue leyendo:
¿Cómo saber si un correo del SAT es falso?
Obtuvo 1.3 millones de una sola víctima
Según documentos judiciales, entre diciembre de 2019 y marzo de 2020, Morris y Kelly obtuvieron de manera fraudulenta aproximadamente 1.3 millones de dólares de una víctima, a la que persuadieron para que les diera el dinero para la supuesta producción de un festival de música con los artistas citados.
Morris creó cuentas de correo electrónico falsas y fraudulentas en las que se hacía pasar por los propios artistas, como si estos hubieran enviado los contratos firmados a Kelly y a él mismo.
Ambos elaboraron además "varios contratos de conciertos falsos y fraudulentos falsificando las firmas de los artistas".
Asimismo, durante una videollamada con la víctima, Morris y Kelly hicieron que un cómplice se hiciera pasar por Bieber para engañar a la víctima haciéndole creer que este artista había aceptado actuar en la serie de conciertos.
Continuó con su modus operandi por años
Morris continuó defraudando incluso después de recibir varias cartas de cese y desistimiento de los abogados de los artistas.
Apenas unos meses después de robar 1.3 millones de dólares de la víctima, en octubre de 2020 Morris "utilizó más contratos falsos y falsificados (de Bieber) que creó para engañar a otra víctima", a la que estafó 500 mil dólares.
Desde mayo de 2021 hasta diciembre de 2023, Morris robó 850 mil dólares de dos víctimas más.
Morris y Kelly utilizaron el dinero obtenido de manera fraudulenta para enriquecerse y "financiar un estilo de vida lujoso para ellos y sus cómplices, que incluía viajar, comprar artículos de lujo, pagar servicios lujosos y cenar en restaurantes caros".