Un pasajero que estaba dentro del avión a punto de despegar en el Reino Unido con destino a Turquía causó tensión entre los otros tripulantes ya que comenzó a bromear con traer consigo un aparato explosivo que posiblemente iba a detonar durante el vuelo, ante ello la policía local tuvo que subir a la aeronave para detener al hombre.
Durante los momentos de pánico que vivieron los tripulantes del vuelo, uno de ellos comenzó a documentar el caso con su teléfono celular cuando un par de policías especiales antidisturbios subió hasta donde estaban los pasajeros sentados. Los uniformados ataviados con sus equipos tácticos pidieron al hombre que fuera con ellos.
El bromista del explosivo viajaba con su esposa y su hija
El hombre vestido con una bermuda negra y una playera blanca con gorra estaba en el fondo del pasillo de la aeronave, quien al ver que su broma se había salido de control, caminó lentamente hacia los agentes mientras llevaba las manos en alto con su celular que llevaba en su mano izquierda.
Los uniformados dijeron con voz firme al acusado de un aparente “ataque terrorista” que saliera del avión sin que le dieran oportunidad para sacar su equipaje. Cuando el hombre salió del avión, los policías permanecieron en la entrada del avión, cuando de pronto se les acercó una mujer con su cabeza cubierta con un hiyab.
Aparentemente la mujer junto con otra más joven eran la esposa y la hija del pasajero que aseguró que llevaba un aparato explosivo dentro del avión. Durante algunos minutos la mujer habló con los policías, en ese lapso la persona que grabó el clip volteó su celular hacia afuera del avión donde el hombre era revisado mientras hablaba con otros uniformados.
El bromista de la bomba fue multado
Mientras el hombre estaba afuera, uno de los policías llevó a un perro conocidos como K9 quien olfateó el equipaje del hombre en búsqueda de hallar el artefacto explosivo que propició el atraso del vuelo, así como cualquier otra amenaza a los que estuvieran expuestos los pasajeros.
El efectivo canino también se encargó de buscar posibles amenazas dentro del avión por lo que revisó el baño y otros compartimentos dentro de la aeronave. Por fortuna de los pasajeros no fue hallado ningún artefacto explosivo ni otra amenaza que atentara con su vida. La broma pesada terminó con el arresto del hombre quien tuvo que pagar una multa para quedar libre.
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