Agustina Guzmán era una joven mamá de 26 años de edad que sufría fuertes dolores de estómago incluso antes de que naciera su hija en 2019. Desde entonces la joven siempre presentaba vómitos y diarrea que paulatinamente comenzaron a incrementarse después de su parto. Los médicos que la atendían solo le diagnosticaban que se era producto de padecer altos niveles de estrés.
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“Tal es así que durante los primeros meses de este año su malestar fue en incremento, sin ninguna asistencia concreta por parte de los profesionales de salud quienes solo se remitían a problemas vesiculares, estrés provocando dolores cervicales y de espalda, para lo cual se le indicaban analgésicos, omeprazol entre otras, dijo la familia de Agustina en las redes sociales.
Sin embargo, aunque seguía las instrucciones de los galenos, Agustina no mostraba mejoría y el mal se agravó a principios de año. Ante ello, su familia cuestionó “si es normal que asistan personas vomitando sangre o defecando negro y si clínicamente no hay análisis que permitan inferir o diagnosticar alguna enfermedad grave… Resulta difícil creer que nunca se sospechó de algo inusual en sus recurrentes asistencias al hospital”.
Agustina acudía al Hospital de Las Grutas y al Policlínico de San Antonio en Río Negro, Argentina. Su familia contó que durante una campaña nacional contra el cáncer de colon, la joven mamá acudió a que le realizaran una prueba, pero en el nosocomio se la negaron al decirle que no tenía la edad para que se la hicieran sin importar que su padre había padecido de la enfermedad y había muerto por el cáncer.
Un mal diagnóstico mató a Agustina
Ante ello, Agustina decidió viajar junto con su esposo y su hija a la ciudad de Neuquén para buscar ayuda de otros médicos. “Por toda estas situaciones como familia consideramos que existió abandono de persona o mala praxis para con Agustina Ailen Guzmán”, indicó la familia quien detalló que antes del viaje, tres veces fue al hospital donde la última ocasión le detectaron unos quistes en los ovarios.
“Es importante mencionar que días previos a su viaje visitó tres veces el hospital, donde le practicaron una ecografía y le informan que se observaron unos quistes en los ovarios y que tenía infección en los intestinos pero que debía tratar lo de los quistes, para lo cual le dieron turno para el día 03/05/23", pero un día antes ya tenía cita en una clínica en Neuquén.
“Ante la continuidad de vómitos con sangre, heces negras, posteriormente se le practica una endoscopía, en la que se observa una importante úlcera, de unos 4 cm, la cuál según lo informado debería tener como mínimo un mes de antigüedad”, dijo la familia.
Sin embargo, señalaron que Agustina cada vez estaba en una peor situación ya que habían encontrado su abdomen “totalmente cubierto de implantaciones tumorales, resultado de un avanzado cáncer, probablemente de colon. Para corroborar esto último, se extrajeron muestras para su análisis patológico”.
Todo la complicación pudo haberse tratado de haber tenido un correcto diagnóstico, insistieron los parientes de Agustina, que hace una semana murió por el cáncer de colon que se esparció por todo su cuerpo: “se hubiera encontrado con profesionales a la altura de la circunstancia, con empatía ante el malestar del enfermo que asiste al centro médico".
"Agustina ya no está más, pero creemos que esto no puede seguir así, solo basta con ver las redes sociales, en donde innumerables personas manifiestan sus vivencias en ese Hospital”, afirmó la familia.
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RMG