Un grupo de expertos francotiradores del Ejército de Rusia enviados a Ucrania por órdenes del Kremlin y de Vladimir Putin, fueron señalados de abusar sexualmente de una niña ucraniana de 4 años de edad y a su mamá, mientras su padre fue obligado a ver el crimen de guerra que realizaron los soldados miembros de la 15 Brigada Separada de Fusileros Motorizados. Tras el ataque, las autoridades ucranianas informaron que dos castrenses murieron en combate.
La unidad de la Armada rusa ha sido acusada en varias ocasiones de cometer crímenes de guerra que comenzaron durante el asalto a la ciudad de Brovary, una entidad cercana a la capital Kiev en marzo del año pasado. Ambos soldados eran parte de un grupo de seis francotiradores que irrumpieron en un hogar en donde encontraron dentro a la familia, según información del Daily Mail.
Durante el ataque, los criminales de guerra enviados por el presidente Vladimir Putin obligaron al padre de familia a ver cómo atacaban a su esposa y a su hija. Uno de los francotiradores le dijo que “convertiría a su hija en una mujer”, recordó el hombre parafraseado por el medio citado. Los militares se habían emborrachado previo al abuso sexual.
Una vez que cometieron el crimen, los francotiradores atacaron también a una adolescente de 17 años y a otra mujer de 41, ambas estaban embarazadas. El servicio de inteligencia ucraniana indicaron que con base en los nombres de los militares -que no fueron dados a conocer- y las llamadas telefónicas interceptadas que hicieron a sus familiares, sugieren que los dos criminales murieron más tarde en combate.
La Corte Penal Internacional investiga
Ante las denuncias de los crímenes de guerra, la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya indicó que mantiene abierta una investigación contra ese y otros delitos; sin embargo, un portavoz del Kremlin señaló a la agencia rusa de noticias TASS que no reconocen la jurisdicción de la corte internacional.
Sobre los ataques de los soldados rusos, el miembro de la oficina del Fiscal General de Ucrania, Yuriy Bielousov, dijo en conferencia de prensa que investigan más de 71 mil informes de crímenes de guerra perpetrados por el Ejército de Rusia en el país.
Indicó que 293 rusos fueron identificados por su nombre: "Estas son personas a las que identificamos y encontramos involucradas en la comisión de un crimen de guerra específico. Se trata de una amplia gama, que va desde los ataques a bienes civiles hasta la violencia sexual, el asesinato de nuestros ciudadanos, la tortura y otros tipos de crímenes de guerra”, detalló.
Uno de los casos que tuvo mayor exposición fue la recuperación de 458 cuerpos de una fosa común ubicada en la ciudad de Bucha luego de que las Fuerzas Armadas de Rusia dejaran la zona. A pesar de las pruebas exhaustivas tras la investigación de Amnistía Internacional y de la ONU, los portavoces del Ejército de Vladimir Putin afirmaron que se tratan de “fake news”.
Rusia acusa ataques en su contra
Aunque el Kremlin ha sido señalado de cometer crímenes de guerra al enviar a sus tropas a Ucrania, ellos mantienen su postura de que son ataques sin fundamento en su contra, y acusan que Ucrania es culpable de violar los acuerdos de la Convención de Ginebra, además de haber ejecutado a 10 prisioneros de guerra rusos.
En ese sentido, este miércoles, Moscú anunció que quiere suspender los acuerdos de doble imposición con los países llamados "inamistosos", en respuesta a la inclusión de Rusia en la lista negra de paraísos fiscales de la Unión Europea.
En un comunicado conjunto, los ministerios de Asuntos Exteriores y Finanzas declaran "haber propuesto al presidente (Vladimir Putin) publicar un decreto sobre la suspensión de los convenios destinados a evitar la doble imposición con todos los países que han introducido medidas económicas unilaterales contra Rusia".
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RMG