Científicos redescubrieron una especie de mamífero que se creía perdida desde hace más de seis décadas en las Montañas Cíclopes de Indonesia. Se trata del equidna de pico largo de Attenborough, un animal descrito con espinas de erizo, hocico de oso hormiguero y patas de topo, nombrado en honor al naturalista británico David Attenborough.
El equidna fue fotografiado con una cámara de seguimiento en el último día de una expedición de cuatro semanas dirigida por científicos de la Universidad de Oxford. Después de descender de las montañas al final del viaje, el biólogo James Kempton encontró las imágenes de la pequeña criatura caminando entre la maleza del bosque en la última tarjeta de memoria recuperada de más de 80 cámaras remotas.
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Equidna, especie de monotrema descubierta en 1961
"Había una gran sensación de euforia y también de alivio por haber pasado tanto tiempo en el campo sin recompensa hasta el último día", señaló el especialista, al describir el momento que se dio el avistamiento. "La razón por la que parece tan diferente a otros mamíferos es porque es miembro de los monotremas, grupo que se separó del resto del árbol de la vida de los mamíferos hace unos 200 millones de años", explicó Kempton.
El equidna es una de las pocas especies de monotremas, es decir, mamíferos que son capaces de poner huevos, entre ellos el ornitorrinco. En particular, los equidnas son difíciles de encontrar ya que son nocturnos, viven en madrigueras y suelen ser muy tímidos. De hecho, el equidna de pico largo de Attenborough sólo fue registrado una vez en 1961.
Expedición resultó con otros hallazgos
Además del redescubrimiento del equidna, durante la expedición se hicieron otros notables hallazgos, entre ellos el mielero de Mayr, un ave perdida para la ciencia desde 2008; un género completamente nuevo de camarones arbóreos; innumerables nuevas especies de insectos y un sistema de cuevas previamente desconocido.
Cabe destacar que el equidna está arraigado en la cultura indonesia, incluida la tradición de que los conflictos se resuelven enviando a una de las partes en desacuerdo al bosque para buscar el mamífero y a otra al océano para encontrar un marlín. Se considera que ambas criaturas son tan difíciles de encontrar que a menudo se necesitaban décadas o una generación para localizarlas, pero, una vez encontradas, los animales simbolizaban el fin del conflicto y el regreso a relaciones armoniosas.
Con información de Reuters y Europa Press