Decenas de miles de personas protestaron ayer en Buenos Aires y las principales ciudades de Argentina en repudio al atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que resultó ilesa, con llamados a la convivencia y a terminar con la aguda polarización política.
Con carteles que decían "Basta de odio", los manifestantes llenaron la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la Presidencia, en una de las más grandes demostraciones realizadas en la capital en mucho tiempo. Se concentraron sindicalistas, dirigentes de ONG, así como familias con niños.
Kirchner, dos veces presidenta entre 2007 y 2015, fue atacada la noche del jueves por un hombre con un arma de fuego que no se disparó. Durante los minutos siguientes, mientras el operativo de seguridad actuaba para contener la situación, la vicepresidenta siguió saludando y firmando autógrafos.
Cristina no se dio cuenta del ataque en el momento en que ocurría, según su abogado Gregorio Dalbón, quien consideró que falló el esquema de seguridad.
Las autoridades locales investigan si el detenido actuó por cuenta propia o siguiendo órdenes.
Hasta el cierre de esta edición, la vicepresidenta no hizo ninguna declaración. La tarde de ayer, salió de su domicilio hacia un lugar desconocido. Vestida con un pulóver rosado y con lentes oscuros.
La semana próxima iniciará la etapa de alegatos de la defensa en el juicio que se le sigue a Kirchner y otras 12 personas. Se estima que su turno será a finales de septiembre.
La vicepresidenta ha sido sobreseída en varias causas, pero aún enfrenta cinco procesos judiciales.
La tentativa de magnicidio fue repudiada por los principales dirigentes de la oposición Juntos por el Cambio. Hoy, el Congreso prevé realizar una sesión especial.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández se reunió con representantes de sectores sindicales, sociales, empresariales, de DDHH y de diferentes credos "para construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia".
La jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rivolo, a cargo de la investigación caratulada como intento de homicidio agravado, tomaron ayer las primeras declaraciones a Kirchner, testigos, policías y custodios.
CONDENA INTERNACIONAL
La agresión abroqueló a distintos dirigentes políticos de la región en torno a Fernández de Kirchner, como los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Luis Arce; de Nicaragua, Daniel Ortega; y de Chile, Gabriel Boric.
EU condenó "enérgicamente el intento de asesinato" y expresó su apoyo "al gobierno y al pueblo.
AFP, REUTERS, AP Y EFE
MAAZ