Uvalde, Texas, amaneció este miércoles en el más profundo pesar y dolor. La tarde del martes 24 de mayo Salvador Ramos, un adolescente de 18 años, se atrincheró en un salón de la escuela primaria y mató a 19 niños y dos adultos.
Las autoridades han confirmado que las víctimas son de origen mexicano, todas del mismo grado escolar y entre ellas había familiares. Verónica Luevanos perdió a su hija y a su sobrino en la peor masacre escolar de los últimos años en Estados Unidos.
En una desgarradora entrevista con el programa Despierta América de Univision, la mujer de origen hispano contó que su pequeña Jailah Nicole de 10 años fue víctima del asesino, lo mismo que su sobrino, de la misma edad.
"Mi sobrino también", dijo Verónica interrumpiendo a las conductoras del noticiero, que no pudieron contener las lágrimas al escuchar el llanto de la doliente.
Verónica describió a Jailah como una niña alegre. "Todo el tiempo bailaba y con su TikTok, todo el tiempo estaba afuera".
La mujer contó que la mañana del martes, Jailah no quería ir a la escuela, como si presintiera que pasaría algo malo.
"Fui a llevarla a la escuela, pero ella no quiso ir y todo el tiempo le gusta ir, le dijo a su papá: 'papá, ¿puedo quedarme aquí en la casa?'. Y (el padre) dijo: 'dile a tu mamá'... 'está bien, te puedes quedar'... y todo el tiempo le gusta ir para la escuela, pero ayer no quiso ir, yo creo que ella sabía que algo iba a pasar", dijo, sin explicar cómo fue que al final se decidió a ir a la primaria.
Sobre su sobrino, Verónica contó que tenía también 10 años. "Hablé con mi hermano ahorita y lo está llevando duro. Mi sobrino tenía 10 años".
Armado hasta los dientes
El hombre que mató a 19 niños y dos adultos en una escuela en Texas compró sus armas legalmente días antes de la masacre y poco después de cumplir los 18 años, informaron autoridades el miércoles.
El agresor compró un fusil tipo AR de un negocio con licencia federal en el área de Uvalde el 17 de mayo, según un informe de la policía estatal entregado al senador John Whitmire. Al día siguiente compró 375 proyectiles, y el 20 de mayo compró un segundo fusil.
La policía recuperó un fusil en la escuela donde ocurrió la masacre y el otro en el camión del agresor, según el reporte. Añade que el pistolero tiró la mochila llena de balas a las puertas de la escuela y llevaba un chaleco estilo militar pero carecía de placas antibala.
“Eso demuestra la premeditación de esta persona nefasta al entrar en una escuela con total desprecio hacia la vida humana”, expresó el teniente Christopher Olivarez del Departamento de Seguridad Pública de Texas en el programa “Today” de NBC.
Todos los niños y maestros ultimados estaban en una sola aula, donde el asesino se atrincheró, dijo Olivarez en CNN.
El diario San Antonio Express-News reportó que el asesino había comprado 375 balas calibre 5.56.
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