El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no debe estar tranquilo en estos momentos, luego de enterarse que investigadores federales catearon la casa de una de las personas más cercanas a él, su abogado personal Rudolph Giuliani.
Con esta medida extraordinaria, las autoridades buscan intensificar una investigación criminal sobre supuestos nexos con Ucrania.
Giuliani, quien fue alcalde de la ciudad de Nueva York durante los ataques del 11 de septiembre de 2001, fue detenido por los investigadores que registraron su departamento, ubicado en el distrito de Manhattan, de acuerdo con el diario The New York Times.
Este cateo es considerado como un punto de inflexión importante en la investigación contra Giuliani.
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El abogado de Giuliani, Robert J. Costello, calificó las búsquedas como innecesarias porque su cliente se había ofrecido a responder preguntas de los fiscales, excepto aquellas relacionadas con sus comunicaciones privilegiadas con el expresidente.
Costello informó que entre los artículos incautados había dispositivos electrónicos.
“¿Por qué le harían esto a alguien que fue el fiscal del país, el alcalde de la ciudad de Nueva York y el abogado personal del 45º presidente de los Estados Unidos?”, dijo Costello.
Buscan nexos con Ucrania
Aunque la orden de registro no significa que Giuliani haya cometido un delito, indica que los investigadores lograron convencer a un juez de que creían que hubo una conducta delictiva y la ejecución de la orden podría revelar evidencias relevantes.
“Es un momento sísmico en la investigación”, dijo Jessica Levinson, profesora de la Facultad de Derecho de Loyola en Los Ángeles.
Las autoridades federales se han centrado en gran medida en la línea de si Giuliani recibió ayuda de ucranianos para investigar a los rivales políticos de Trump, incluido el presidente Joe Biden, que entonces era uno de los principales candidatos a la nominación presidencial demócrata.
Giuliani comenzó a representar a Trump en abril de 2018 en relación con la investigación del exfiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
CRS