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Reforma Energética: El futuro de la transición del petróleo a las energías renovables

El ocaso de la industria petrolera es inminente y las empresas líderes optan por diversificar sus portafolios en materia de creación de energía

Reforma Energética: El futuro de la transición del petróleo a las energías renovables
Reforma Energética: ¿Un cambio o una crisis petrolera? Foto: AP Foto: AP

La reforma energética que abre la exploración y producción de hidrocarburos a empresas extranjeras se promulgó en diciembre de 2013. Se proyectaba que gracias a esta reforma se iban a producir 3 millones de barriles para 2018 y 3.5 millones para 2025, según el resumen ejecutivo, además de crear medio millón de empleos para 2018 y 2.5 millones para 2025.

Nada de eso sucedió y, a pesar de que aún falta tiempo para 2025, es altamente probable que no suceda. Entre las principales razones está un entorno internacional económico, político y social muy complicado para el petróleo. Esto sin mencionar las propias políticas nacionales que han entorpecido el desarrollo de la industria.

En las agendas políticas de los principales gobiernos, el cambio climático y la descarbonización son temas que cada día toman más relevancia y urgencia, y las energías renovables son cada vez más baratas.

Esto, sumado a la electrificación de la sociedad, en especial con la introducción del automóvil eléctrico, pinta un panorama turbulento para el futuro del petróleo.

La consultora Mckinsey, en su más reciente reporte “Global Oil Outlook to 2040”, estima que en 2029 el petróleo alcanzará su máximo pico de demanda y a partir de ahí, hasta 2050, la demanda disminuirá alrededor de un 10 %, según el escenario de referencia que considera la continuación de las políticas actuales.

En un escenario con transición energética acelerada y en otro en el que se limita para 2050 el incremento de la temperatura del planeta sería de 1.5 C°, en consonancia con el Acuerdo de París, la contribución de las energías renovables a la generación de energía sería de 83% y 94%, respectivamente.

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Crisis energética por baja de inversión en petróleo 

Para contextualizar estos datos, de acuerdo con la U.S. Energy Information Administration, el consumo mundial precovid en 2019 fue de 101.15 millones de barriles por día, el que disminuyó en 8.73 millones para 2020 y que, según la Agencia Internacional de Energía, no se recuperará hasta finales de 2022.

Un poco más alarmante es la inversión en petróleo que en 2019 fue de 309 billones de USD y que ha disminuido en un 34% en 2021, de acuerdo a este mismo reporte de Mckinsey, que señala que la inversión no logrará recuperarse hasta después de 2025, año en el que estiman que aún estará 19% por debajo de niveles precovid.

La electrificación de los medios de transporte y de carga, específicamente del automóvil, que en su momento fue el gran detonante del consumo de petróleo, contribuirá a la disminución inevitable de la demanda.

Ya lo dijo el presidente Joe Biden en un tuit: el futuro de la industria del automóvil es eléctrico, y plantea la muy ambiciosa meta de que Estados Unidos produzca al menos el 50 por ciento de vehículos con cero emisiones para 2050.

Si bien la industria del gas y petróleo está en declive, aún seguirá jugando un papel clave. De acuerdo con Mckinsey, para 2035 aún recibirá la mitad del total de todas las inversiones hechas en energía, y de no haber actualizaciones importantes en la política de cambio climático y descarbonización, para 2050 aún cubrirá la mitad de la demanda de energía mundial.

Por eso es ahora importante contar con profesionales que sepan tomar ventaja competitiva de esta situación y adquirir nuevas habilidades en consonancia con esta transición energética y así satisfacer las necesidades de empresas como BP (que ya se ha comprometido a cortar en 40% su producción de gas y petróleo para 2030), Shell o ENI, que están haciendo inversiones importantes en energías renovables para en su momento pasar de ser compañías petroleras a “compañías integradoras de energía”.

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Por: Raziel Azael Trejo Cruz, Maestro en Ingeniería en Petróleo por el Imperial College London e Ingeniero en Mecatrónica por el Tecnológico de Monterrey. Twitter @Cerebros_Fuga

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