Este domingo, los pasillos de la Casa Blanca y sus alrededores se llenaron de huellitas al recibir a sus más peludos inquilinos: Major y Champ, los perros del presidente Joe Biden y la doctora Jill Biden.
Los caninos no se mudaron el pasado miércoles, mismo día que la familia presidencial llegó al recinto, porque los Biden tenían la intención de instalarse primero antes de traer a sus perros desde Delaware a Washington, indicó el secretario de prensa de Jill Biden.
"Champ está disfrutando de su nueva cama para perros junto a la chimenea, y a Major le encantaba correr por el jardín sur", comentó a CNN.
Los perros presidenciales también cuentan con su propia cuenta de Twitter: @TheFirstDogs, la cual compartió este domingo algunas fotos de su llegada a la residencia ubicada en el 1600 de la Avenida Pennsylvania. Las imágenes muestran a los perros disfrutando del césped de la residencia oficial.
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La llegada de los caninos ha sido bien recibida por simpatizantes del presidente y usuarios de redes sociales, quienes se alegran de que vuelva a haber perros en la Casa Blanca.
“Este es un contenido bueno e importante. ¡No puedo esperar a la actualización de FFOTUS (primer felino de los Estados Unidos)!", comentó una usuaria.
Su llegada continúa con la larga tradición de que vivan perros en la Casa Blanca, la cual fue interrumpida por Donald Trump, quien fue el primer presidente en no tener un perro en más de 100 años.
Del refugio a la Casa Blanca
Además, la llegada de estas mascotas también marca la primera vez en que un perro salido de un refugio vive en la Casa Blanca, ya que el presidente y su familia adoptaron a Major en 2018, a través de la Sociedad Protectora de Animales de Delaware. Anteriormente habían dado la bienvenida a Champ a su familia en 2008.