Las vacunas de Pfizer, Moderna, Astra Zeneca y otras farmacéuticas contra el COVID-19 son la esperanza que tiene el mundo para combatir la pandemia y reducir el número de muertes y contagios a nivel mundial. No obstante, su escasez ha provocado que las dosis disponibles sean sustraídas de forma ilegal en distintos países. Este fue el caso de un médico estadounidense, el cual causó una gran indignación.
De acuerdo con información de la policía, el hombre en cuestión es Hasan Gokal de 48 años, quien habita en el condado de Harris, en el estado de Texas. La oficina del fiscal del distrito presentó cargos contra el médico por presuntamente robar nueve dosis de la vacuna para el virus SARS-CoV-2.
Las autoridades indican que el acusado robó los frascos, el pasado 29 de diciembre, de un centro de vacunación de Humble, donde él mismo trabajaba. Una semana después de su acción, le contó los detalles a uno de sus colegas, quien dio aviso al gerente del lugar.
Tras obtener la información, se realizó una investigación interna, lo que derivó en el despido del médico por parte del Departamento de Salud. Además, fue remitido a los tribunales al tratarse de un delito menor.
La policía indica que Gokal tomó las vacunas para aplicárselas a familiares y amigos cercanos, lo que se determinó como un grave abuso de su posición.
Sin embargo, el abogado a cargo de la defensa del doctor afirma que sus acciones no fueron del todo irresponsables, ya que las dosis estaban a punto de caducar. Además, asegura que fueron aplicadas a personas que cumplían con los criterios indicados por las autoridades sanitarias para aplicarlas. Sus nombres no han sido revelados al público.
El caso aún no ha sido finalizado, pero si Gokal es declarado culpable, enfrentará una multa de 4 mil dólares y hasta un año de prisión.