Esta semana, una de las más tensas en Estados Unidos, autoridades guatemaltecas frenaron a la primera caravana migrante de 2021; entre la multitud había mujeres, hombres, familias enteras y lo más preocupante, niños que emprendieron el peligroso y agotador viaje solos. Los pequeños no sólo se exponen al rigor del clima, también a grupos criminales que los acechan y a la violencia que impera en su camino.
De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) en esa caravana atendieron a alrededor de cien niños, quienes salieron desde el 13 de enero de San Pedro Sula, en Honduras, y que llegaron a Guatemala para recibir golpes y un exceso de violencia.
En tanto, el Sistema Nacional de Control Biométrico Migratorio de Honduras señaló que del 1 al 17 de enero deportaron 2 mil 301 hondureños y de esta cifra 453 eran niños. Menores que estuvieron expuestos a todos los peligros que implica para los migrantes viajar en caravana.
Niños heridos y con TRAUMAS psicológicos
En este mismo documento reportan que el 80% de los menores de edad de este grupo viajaban solos e incluso enfatizaron en que muchos de ellos presentaban heridas, extremo cansancio y "traumas psicológicos"
Pero, ¿qué motiva a los niños a exponerse a estos viajes tan peligrosos? y ¿por qué cada vez es más común? De acuerdo con la Unicef, mucho tiene que ver la crisis del coronavirus y el peso de los huracanes Eta e Iota que dejaron un vacío económico en la población.
Con los últimos dos fenómenos naturales, se registró la caída del 10 % de la economía de ese país. El paso del ciclón Eta e Iota afectó a más de cuatro millones de personas, de las cuales 2.5 millones estaban en necesidad, según un informe que presentó a principios de año la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De los cuatro millones, 1.5 era niños que estuvieron abiertamente expuestos a los daños ocasionados por las inundaciones, alertó la Unicef.
Covid-19 azota centroamérica
Los ciclones fueron las gotas que terminaron de derramar el vaso y es que desde que la pandemia del Covid-19 llegó a territorio hondureño la crisis ha repercutido en los más pequeños del país. El ausentismo escolar se agravó con la pandemia del virus del SARS-CoV-2.
Acá enumeramos algunos de las necesidades primordiales a las que los niños no tienen acceso.
- Dificultades para el acceso a internet en las zonas rurales.
- Falta de equipos como computadores y teléfonos celulares para realizar clases por vía remota.
- Los niños tienen que salir a trabajar para sostener la economía familiar.
- Se exponen al Covid-19.
- No todos tienen acceso a servicio médico.