Con la llegada del verano y de las altas temperaturas, los niños, las personas enfermas y los adultos mayores son los grupos vulnerables a la hora de sufrir un golpe de calor. Este último grupo son las que más riesgos corren, debido que tienen una sensación reducida del calor y por lo tanto se protegen menos del calor.
En ese sentido, es importante el cuidado y las precauciones que deben tomar los adultos mayores en esta época del año. Vale destacar que ellos no sudan ni se enfrían tan eficientemente como las personas más jóvenes. El estrés por calor puede empeorar condiciones subyacentes como enfermedades cardíacas, pulmonares y renales, y el calor extremo puede desencadenar delirio.
Consejos a los adultos mayores para evitar el golpe de calor
Los expertos comentan que son tres los factores que se pueden combinar y alterar la respuesta al calor de los adultos mayores. Entre ellos, los cambios biológicos que ocurren naturalmente con la edad, la predisposición a sufrir una enfermedad crónica y el consumo de medicamentos. Los adultos mayores, tienden a dejar de sentir sed y, por lo tanto, tienden a beber menos. En condiciones de calor, esto puede hacer que se deshidraten más rápido, lo que es perjudicial para su salud.
Es posible que algunos adultos mayores, especialmente si tienen algún tipo de demencia o deterioro cognitivo, no perciban tan bien los cambios de temperatura. Como resultado, no responderán adecuadamente al calor, ni biológicamente, -mediante la sudoración-, ni conductualmente, moviéndose a un lugar fresco. Por supuesto, no todas las personas de la misma edad responden de la misma manera al calor.
Vale mencionar que ciertos medicamentos que consumen los adultos mayores pueden afectar la hidratación, el flujo sanguíneo e incluso la respuesta al sudor de las personas. Por ello, hay que consultar a un médico en caso de estar tomando algún medicamento. Los signos de deshidratación o agotamiento por calor incluyen mareos, aturdimiento, dolor de cabeza, palpitaciones o sensación de letargo.