La cucaracha alemana o Blatella germánica representa un riesgo para los humanos ya que puede afectar en su salud. Estas propagan enfermedades como el cólera, salmonela, lepra y gastroenteritis y sus heces y mudas de piel que dejan cerca de sus nidos contienen bacterias nocivas. Vale destacar que esta especia tiende a tener mayor resistencia a las sustancias que se utilizan para acabar con las plagas.
Para evitar la presencia de la cucaracha alemana dentro de la vivienda es importante mantener la higiene del lugar. Por ese motivo, procura evitar dejar restos de comida en la cocina o comedor y saca la basura a diario. Esta especie puede convertirse en una plaga difícil de combatir debido a la gran capacidad que tienen para reproducirse.
Cómo reconocer a la cucaracha alemana
El aspecto de la cucaracha alemana es similar al de la ordinaria, sin embargo tiene algunas características propias que la identifican, sobre todo su mayor tamaño. Su principales rasgos se refieren a su tamaño que es entre 10 y 15 milímetros, cuerpo aplanado y dos pares de alas y tres pares de patas. Presentan un color marrón claro y dos rayas oscuras en el pronoto (parte detrás de su cabeza).
Las cucarachas alemanas son capaces de desplazarse por grietas y prefieren ambientes que superen los 25 grados para una mayor velocidad de eclosión de sus huevos. Pueden concebir un grupo de 14 a 16 huevos que pueden eclosionar entre 50 y 55 días, por lo que su propagación es muy fácil. Es importante sellar las grietas en paredes, pisos y techos donde podrían dejar sus nidos. Procura usar insecticidas para erradicarlas y evitar que se conviertan en una plaga en tu hogar.
Estas cucarachas suelen aparecer en la cocina, baño y lugares húmedos y oscuros. Vale destacar que dejan pequeñas heces que parecen granos de café molido o pimienta negra. Ello produce un olor desagradable y persistente, causado por las feromonas que liberan y por la acumulación de sus excrementos.