La limpieza del hogar no solo tendrá que incluir el repaso de ventanas para que los vidrios queden perfectos, sino también las persianas, un elemento que suele resultar difícil de limpiar. Dejarlas impecables es una tarea laboriosa y casi imposible, salvo que cuentes con algunos consejos, como los que te brindaremos a continuación. Es por ello que hoy te diremos cómo limpiar las persianas que siempre están expuestas al polvo, suciedad que proviene de la calle y a la intemperie.
El primer paso consiste en aspirar las persianas para retirar el polvo que se acumula entre las ranuras. Lo mejor es hacerlo en seco, ya que si aplicamos agua y jabón puede formarse una capa de suciedad difícil de retirar. En este punto, especialistas recomiendan pasar la aspiradora usando un accesorio de boquilla estrecha con el que repasar entre las ranuras. En caso de que no dispongas de una, un plumero puede ser otro buen truco para limpiar la persiana.
Es importante saber que la limpieza de las persianas de nuestro hogar deberá comenzar por dentro, extendiéndola y eliminando el polvo que pueda tener. Después tendrás que fregarla con una solución de agua, jabón y amoniaco, enjuagar y secar. Es muy importante dejar extendida la persiana hasta que se haya secado completamente, ya que no conviene enrollarla húmeda.
Hecho esto, habrá que limpiar la parte exterior del mismo modo y si no tenemos acceso al exterior de las persianas existe un método sencillo para limpiar la parte de afuera. Consiste en sacar el tambor en el que se alberga la persiana cuando está enrollada. La facilidad de este truco de limpieza nos alegrará rotundamente.
Mientras que en el caso de que las persianas de nuestro hogar sean de madera, necesitaremos un limpiador especial para este tipo de material. Tan solo necesitarás cera para mueble o abrillantador de madera y proceder a pasarle un poco de éste por medio de un trapo un poco humedecido. Y si se trata de aluminio, la limpieza deberá ser con productos para carpinterías de dicho material, prescindiendo del uso de estropajos abrasivos porque el aluminio se raya con facilidad.