El hígado graso es una enfermedad que se presenta cuando los triglicéridos y los ácidos grasos se retienen en exceso en las células hepáticas. Habitualmente, este problema de salud se produce en personas con prediabetes o diabetes tipo 2, hipertensión y también colesterol malo. Sus consecuencias son drásticas, por lo tanto se deberán tener en cuenta algunas medidas, especialmente el consumo de alimentos. Es que existen productos que debes evitar sí o sí.
Entre las principales consecuencias del hígado graso se destaca la cirrosis y también la insuficiencia hepática. Si no es tratada por profesionales, podría desencadenar en cáncer de hígado. Es por ello que debemos consolidar una dieta sana para ayudar a evitar esta enfermedad y el truco consistirá en eliminar algunos alimentos de la ingesta diaria.
Los primeros dos atenuantes a eliminar para no presentar un hígado graso con el correr de los años es la sal y el azúcar, dos saborizantes muy frecuentes en todo tipo de comidas. Por un lado, el consumo en exceso de sal provocará retención de líquidos y un aumento de peso, obligando al hígado a trabajar por encima de sus niveles normales. Por otro lado, en lo que respecta a los alimentos dulces, una dieta rica en azúcar ayudará a que la grasa se instale en el hígado y cause inflamación.
Siguiendo esta línea, la carne roja y los embutidos tendrán que mantenerse al margen de la alimentación para no instalar la patología de hígado graso. En primer lugar, la carne roja tiene grasas saturadas que favorecen el desarrollo de la mencionada patología, por lo tanto su consumo debe ser más que moderado. Y en segundo término, los embutidos también afectarán a la salud ya que contienen grasas saturadas y esto incrementará las posibilidades de padecer dicha enfermedad.
Por último y no menos importante, el alcohol también tendrá que ser eliminado de una alimentación cotidiana ya que no solamente atentará contra el hígado graso, sino además con distintas enfermedades que perjudicarán a la salud de la persona. Según expertos, al metabolizarse en dicho órgano, la bebida genera un aumento de triglicéridos y puede producir sustancias dañinas. Además existen distintos alimentos que preparamos con bebidas alcohólicas, como el caso de los postres. En este caso también se deberá reducir la cantidad de alcohol con la que elaboramos el plato.