Para limpiar los zapatos –generalmente- usamos las mismas técnicas, ya que siempre nos preocupamos por la parte externa. Sin embargo, es menester (también) hacer la limpieza interna, con el objetivo de dejar el calzado impecable y sin malos olores. Para ello, te sugerimos aplicar un efectivo instructivo que te detallaremos a continuación y que no te demandará tiempo.
No debemos pasar por alto la limpieza interior del calzado porque desprenderá un olor desagradable, más allá de que luzcan impecables por fuera o sean de buena calidad. Esto se debe a que cuando los pies transpiran, activan las bacterias y harán que huelan mal. Por este motivo, es importante mantener limpio el interior de cada zapatilla para evitar que aparezcan hongos, bacterias o infecciones.
Antes de limpiar el interior, quitaremos la suciedad acumulada de la parte externa con ayuda de un cepillo o un trapo suave. Luego tiraremos un poco de bicarbonato de sodio en el interior y agitaremos para que se reparta por todos lados. Esto deberá actuar durante toda la noche y al día siguiente sacudiremos el zapato para quitar el bicarbonato de su interior.
Además, expertos afirman que podremos hacer la limpieza del interior de los zapatos con un trapo húmedo y un poco de detergente, evitando mojar el zapato para que no se deteriore. Es que el buen estado del cuero jugará a favor de la apariencia perfecta de nuestro outfit.
Por último, y no menos importante, otra opción para limpiar el calzado pasará por rociar alcohol en el interior de los zapatos y dejarlos secar. Luego repetiremos este proceso durante dos días seguidos, haciéndolo repetidamente todas las semanas, a lo largo de dos meses. De esta forma, el mal olor se marchará para siempre, aunque tendremos que utilizar talco a diario para combatir algunas pocas bacterias que se podrían formar por la transpiración.