La miel es uno de los alimentos más deliciosos y que muchas familias tienen en sus mesas para agregar a sus platillos dulces para darle ese sabor dulce y aunque es un excelente acompañante, no es la mejor opción para todos los miembros de casa, pues en el caso de los bebés menores de un año puede causarles graves consecuencias de salud al ser uno de los detonantes de una enfermedad que de no atenderse de manera oportuna también les puede arrebatar la vida y es por ello que siempre se pide alimentarlos con leche materna.
Según los expertos, los padres de familia tienen que ofrecer alimentos a sus bebés de acuerdo con su edad y es que hasta antes de los seis meses la alimentación debe ser exclusiva de la lecha materna, ni siquiera se les puede ofrecer un poco de agua. Por supuesto, muchas personas conocen detalles como estos, pero desconocen otros aspectos importantes como que la miel y la leche de vaca no pueden formar parte de la alimentación de los pequeños y a continuación te contamos por qué.
Botulismo infantil, la preocupante enfermedad que pueden sufrir los bebés
Como adelantábamos, hasta los seis meses tus hijos deberán tener una alimentación exclusiva de lecha materna y posteriormente se pueden comenzar a incluir alimentos a su dieta, siempre siguiendo las recomendaciones del pediatra y además es importante combinar este nuevo estilo de vida con la lactancia. Sin embargo, también es fundamental que se evite darles miel, ya que su consumo está asociado con el desarrollo del botulismo infantil.
De acuerdo con Mayo Clinic, se trata de "una afección poco frecuente, pero grave causada por una toxina que ataca los nervios del organismo, cuyos síntomas pueden poner en riesgo la vida". La importante razón es porque entra al organismo una bacteria conocida como Clostridium botulinum que es la que produce dicha toxina. La llegada de esta puede ser tanto por una herida expuesta como por consumir alimentos contaminados, entre ellos la miel.
En el cado se los bebés también se sabe que la enfermedad puede ocurrir cuando "las esporas de una bacteria crecen en el intestino" y los primeros síntomas de la afección entre 18 y 36 horas después que la Clostridium botulinum entró la organismo. Por supuesto, se tratan de signos muy variados, pero fáciles de reconocer, entre ellos destaca como principal síntoma el estreñimiento, movimientos desmadejados (debilidad muscular), llanto débil, irritabilidad, babeo, caída de los párpados, cansancio, problemas para succionar o alimentarse e incluso la parálisis.
Afortunadamente todo esto se puede evitar teniendo buenos cuidados y evitando que los bebés ya sea cuidando sus actividades diarias y su alimentación. En el primer caso, el sitio especializado en medicina explica que "es más probable que sea la exposición a la tierra contaminada con la bacteria"; mientras que en el caso de los alimentos, está relacionada directamente a la miel, especialmente si los pequeños tienen menos de un año de vida.
Ahora ya que conoces esta riesgosa enfermedad no sólo debes cuidar que los alimentos que le ofrezcas a tus bebés sean del tamaño adecuado para no atragantarse, sino que también debes evitar la miel ya que puede tener esporas de esta toxina que les puede costar la vida.
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