Entre los ejemplares que puede tener un jardín, sí o sí se debe contar con alguno que tenga propiedades curativas, es decir plantas medicinales. Esto se debe a que con ellas en el parque podrás tener soluciones simples a problemas de salud menores como insomnio, dolor de garganta o dolor de oído. De hecho, así se manejaban los médicos hace cientos de años, ya que la industria farmacológica no había surgido.
En aquel entonces, las plantas medicinales predominaban en el maletín del médico y con el correr de los años pasaron a ser medicinas alternativas y efectivas, frente a la competencia de jarabes o píldoras. Por lo tanto la tradición se mantuvo y hoy en día se sabe que cualquier jardín puede contar con estos ejemplares y evitar ir a comprar a la farmacia.
En consecuencia, te contamos cómo funcionan para que encuentres una alternativa a tantos químicos reducidos en una simple y diminuta pastilla y puedas desintoxicar tu cuerpo. Esto se permite gracias a los principios activos de las plantas medicinales que se encuentran principalmente en aceites esenciales, alcaloides y taninos.
Los aceites esenciales tienen un amplio abanico de propiedades que benefician a nuestra salud. Entre ellas podemos destacar sus efectos desinfectantes, antiespasmódicos y sedantes. Existen plantas medicinales que contienen aceites esenciales que incrementan la diuresis y otras que tienen efectos anti histamínicos.
Por otro lado, unas de las principales propiedades de las plantas medicinales que podemos tener en el jardín se ven representadas con los alcaloides, sustancia que genera reacciones bioquímicas orgánicas dentro del cuerpo. Es difícil diluir los alcaloides con agua, aunque reaccionan con ácidos y formas sales solubles. Esta sustancia permite una importante estimulación del sistema nervioso central, como así también del autónomo.
Por último, y no menos importante, tenemos a los taninos, que no pueden encuadrarse en una estructura química única. Las plantas medicinales alojan a los taninos en sus raíces, cortezas y, a veces, en sus hojas. Para extraerlo hay que cocinar al ejemplar de jardín durante 10 minutos y de ahí obtenemos el beneficio para la salud, ofreciendo propiedades antisépticas, astringentes y antibacterianas.