En la zona de la Comarca Lagunera o La Laguna, que es donde se cruzan Torreón, Coahuila y Gómez Palacio, Durango existe un platillo típico y emblemático, llamado ‘La reliquia’. No se trata de alguna especie de vestigio, como lo dice el significado de la palabra, pero sí es un ícono que guarda un mensaje que va más allá de la simple gastronomía, sino que es, más espiritual.
Se dice, que en realidad, ‘La reliquia’ no es originaria de esta zona, de acuerdo a la información disponible, es una tradición que proviene del estado de Zacatecas cuando hubo una fuerte migración zacatecana en el siglo XX. Con ellos llegó ‘La reliquia’ a La Laguna como una ofrenda religiosa y ha permanecido ahí por más de un siglo, y uno de los platillos ‘estrella’ de la zona.
A simple vista, ‘La reliquia’ es muy similar al tradicional asado de puerco, un platillo muy popular en la zona noreste del país, sin embargo, hay algunas diferencias. Es un guisado de carne de cerdo en trozos, bañado en una salsa de chiles secos.
Este platillo se suele ofrecer principalmente en celebraciones religiosas católicas, como el día de San Judas Tadeo, el día de la Virgen de Guadalupe, el día del Santo Niño de Atocha, entre otros. Debe de prepararse con tres días de anticipación para tener todo listo para los comensales que se amontonan en filas durante las celebraciones para recibir una porción de este manjar.
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Lo que hace la diferencia en este platillo son las guarniciones. Mientras que el asado de puerco se sirve con arroz y frijoles, ‘la reliquia’ se acompaña con siete tipos de sopas que se sirven secas y cada una tiene un significado. Ya que en ‘la reliquia’ el asado representa el alimento del cuerpo y las 7 sopas, el alimento del alma.
Con cada una de las 7 sopas, un número sagrado, representan siete virtudes opuestas a los pecados capitales. Estas virtudes son la humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad y diligencia.
AV