Las playas de la Villa Rica en Veracruz, están rodeadas de maravillas naturales, quizá por esa razón, el conquistador español Hernán Cortés construyó aquí el segundo asentamiento en tierra mexicana luego de desembarcar en el litoral veracruzano.
La razón por la que eligió este lugar fue para cubrir sus navíos de los vientos del Norte, además de aprovechar las ventajas naturales como la existencia de agua dulce muy cerca del sitio, y la existencia de un fuerte rocoso en el ahora llamado 'Cerro de los Metates', lugar en el que se encuentra un famoso cementerio totonaco en la zona arqueológica de Quiahuiztlán o ‘el lugar de la lluvia’.
En tanto, junto a la playa de la Villa Rica se encuentran dos acantilados que se asemejan a la formación rocosa conocida como ‘La Quebrada’ en Acapulco, famosa por los clavadistas que se lanzan desde un peñasco en forma plástica al mar y por ser escenario de decenas de películas y episodios históricos en el Puerto.
Pues bien, en Veracruz existen como les habíamos mencionado, dos acantilados que tienen la particularidad de contar con escaleras para llegar hasta abajo y hacer contacto con el mar.
Dunas y vista privilegiada
Las paredes escarpadas son impresionantes y son sin duda un escenario inolvidable para los visitantes; la diferencia entre estos dos acantilados llamados por los lugareños como ‘La Quebrada’, es que aquí no hay espectáculo de clavados, los visitantes y lugareños se acercan aquí para disfrutar de los atardeceres y contar con una vista privilegiada del Cerro de los Metates, del Golfo de México y a unos cuantos kilómetros se puede apreciar la estructura de la Planta Nuclear de Laguna Verde, operada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Además de La Quebrada, la zona arqueológica, la playa con aguas tranquilas y la vista impresionante, también puedes encontrar dunas, muy apreciadas por acá y formadas por los constantes vientos del norte que chocan en esta parte del litoral veracruzano.
¿Cómo llegar?
Se toma la carretera costera Cardel-Nautla (Federal No. 180); En ella se encuentra la desviación Farallón-Tinajitas, que conduce al poblado de Los Metates. Al este de dicho poblado se encuentra la zona arqueológica y al oeste el camino rumbo a la playa.
El visitante puede arribar al sitio por medio del transporte público, a pie (está retirado, pero vale la pena) o en automóvil.
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