REGIONAL MEXICANO

Esta es la canción de Chalino Sánchez que es un poema de Manuel Acuña

El “Rey del corrido” fue asesinado a los 31 años de edad, tras dar un concierto en su tierra natal

ESPECTÁCULOS

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El pionero del género regional mexicano murió cuando su carrera musical apenas iba en ascensoCréditos: IG @elreydeloscorridos_oficial

Rosalino Sánchez Félix, mejor conocido como Chalino Sánchez, es una de las leyendas de la música regional mexicana. El cantante y compositor de corridos y narcocorridos nació el 30 de agosto de 1960 en el rancho “El Guayabo” ubicado en un pequeño poblado llamado Las Tapias, en Culiacán, Sinaloa.

Chalino Sánchez es considerado como el pionero del género regional, pues abriría el paso a las nuevas generaciones a una corriente musical inusual en los años 80, con la cual traspasó fronteras y puso en alto el nombre de México al convertirse en uno de los máximos precursores del corrido mexicano.

Chalino Sánchez, es una de las leyendas de la música regional mexicana. Foto:  IG @elreydeloscorridos_oficial

La vida del también llamadoRey del corridosiempre estuvo envuelta en tragedia, pues a los 17 años de edad mató a balazos a un hombre que años atrás había raptado y abusado de su hermana cuando ésta tenía 15 años; tras lo cual Chalino Sánchez partió hacia Tijuana y de ahí pasó a Estados Unidos como indocumentado, donde realizó trabajos legales (lavaba platos y vendedor de autos) e ilegales (tráfico de pequeñas cantidades de marihuana y cocaína; además de ayudar a su hermano mayor, Armando, a dirigir una operación de contrabando de inmigrantes).

En 1984, Armando fue asesinado dentro del cuarto de un hotel, con heridas de arma de fuego, y en ese mismo tiempo el Chalino estuvo preso.Es así que la pérdida de su hermano fue el inició de la incursión de Sánchez en la música, ya que comenzó a componer canciones sobre historias interesantes y su fama por los corridos ya no se detuvo.

Entre sus éxitos destacan “Baraja de oro”, “Nieves de enero”, “Alma enamorada”, “El crimen de Culiacán”, “Me persigue tu sombra”, “Hermosísimo lucero”, El Gallo de Sinaloa”, “Rigo Campos”, “La Ametralladora”, “Ramoncito Quiñonez”, “Carta de luto” y “Juan Ayón”. 

Chalino Sánchez dio su último concierto el 15 de mayo de 1992, en Culiacán, Sinaloa. Foto:  IG @elreydeloscorridos_oficial

Chalino Sánchez disfrutó poco tiempo de su fama musical, toda vez que el 15 de mayo de 1992, dio su última presentación en vivo, en Culiacán, Sinaloa. “El Rey del corrido” presuntamente había recibido un papel con una amenaza de muerte durante el show. A la salida del lugar, el cantante y sus acompañantes fueron interceptados por un convoy de camionetas con personas armadas, quienes se hicieron pasar como policías y pidieron a Chalino acompañarlos a hablar con un comandante.

El cantautor accedió a tal petición y de ahí no se supo nada de él, hasta las primeras horas del 16 de mayo, cuando su cuerpo sin vida fue encontrado al lado de una carretera, con dos disparos en la parte posterior de la cabeza.

“Nocturno a Rosario”: Canción de Chalino Sánchez que es un poema de Manuel Acuña

Aun cuando la mayoría de los éxitos de Chalino Sánchez eran de su autoría, también “intervino”, “editó” y “fijó” el corrido romántico “Nocturno a Rosario”, a partir del poema homónimo del mexicano Manuel Acuña Narro

“Nocturno a Rosario” es uno de los poemas más representativos de Manuel Acuña. Foto: Especial

El poeta nació en Saltillo, Coahuila, y murió el 6 de diciembre de 1873, en la Ciudad de México, a los 24 años de edad. “Nocturno a Rosario” es uno de los poemas más representativos de Manuel Acuña, el cual, según especialistas literarios, fue escrito para Rosario de la Peña, musa a quien dedicó la mayor parte de sus últimos poemas y, también, la causante del suicidio del joven escritor.  

I

¡Pues bien! yo necesito

decirte que te adoro

decirte que te quiero

con todo el corazón;

que es mucho lo que sufro,

que es mucho lo que lloro,

que ya no puedo tanto 

al grito que te imploro,

te imploro y te hablo en nombre

de mi última ilusión.


II

Yo quiero que tu sepas

que ya hace muchos días

estoy enfermo y pálido

de tanto no dormir;

que ya se han muerto todas 

las esperanzas mías,

que están mis noches negras,

tan negras y sombrías,

que ya no sé ni dónde

se alzaba el porvenir.

 

III

De noche, cuando pongo

mis sienes en la almohada

y hacia otro mundo quiero

mi espíritu volver,

camino mucho, mucho,

y al fin de la jornada

las formas de mi madre

se pierden en la nada

y tú de nuevo vuelves 

en mi alma a aparecer.


IV

Comprendo que tus besos

jamás han de ser míos,

comprendo que en tus ojos

no me he de ver jamás,

y te amo y en mis locos

y ardientes desvaríos

bendigo tus desdenes,

adoro tus desvíos,

y en vez de amarte menos

te quiero mucho más.


V

A veces pienso en darte

mi eterna despedida,

borrarte en mis recuerdos

y hundirte en mi pasión

mas si es en vano todo

y el alma no te olvida,

¿Qué quieres tú que yo haga,

pedazo de mi vida?

¿Qué quieres tu que yo haga

con este corazón?


VI

Y luego que ya estaba

concluído tu santuario,

tu lámpara encendida,

tu velo en el altar;

el sol de la mañana

detrás del campanario,

chispeando las antorchas,

humeando el incensario,

y abierta allá a lo lejos

la puerta del hogar...


VII

¡Qué hermoso hubiera sido

vivir bajo aquel techo,

los dos unidos siempre

y amándonos los dos;

tú siempre enamorada,

yo siempre satisfecho,

los dos una sola alma,

los dos un solo pecho,

y en medio de nosotros 

mi madre como un Dios!


VIII

¡Figúrate qué hermosas

las horas de esa vida!

¡Qué dulce y bello el viaje

por una tierra así!

Y yo soñaba en eso,

mi santa prometida;

y al delirar en ello

con alma estremecida,

pensaba yo en ser bueno

por tí, no mas por ti.


IX

¡Bien sabe Dios que ese era

mi mas hermoso sueño,

mi afán y mi esperanza,

mi dicha y mi placer;

bien sabe Dios que en nada

cifraba yo mi empeño,

sino en amarte mucho

bajo el hogar risueño

que me envolvió en sus besos

cuando me vio nacer!


X

Esa era mi esperanza...

mas ya que a sus fulgores

se opone el hondo abismo

que existe entre los dos,

¡Adiós por la vez última,

amor de mis amores;

la luz de mis tinieblas,

la esencia de mis flores;

mi lira de poeta,

mi juventud, adiós!

 

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