Actualmente, la dinastía Fernández es una de las familias más importantes para la música no solo a nivel nacional. Los éxitos de cada uno de sus integrantes se han convertido en canciones memorables y representativas de la música regional mexicana, como en el caso del mariachi. Vicente Fernández, el Charro de Huentitán, fue responsable de iniciar una exitosa carrera y, a partir de ahí, apoyar el talento de sus hijos.
Alejandro Fernández, también conocido como "el Potrillo", supo desde que era muy pequeño que anhelaba convertirse en un cantante tan importante como su padre, logro que ha cumplido desde entonces. Aunque durante sus inicios se especializó en las formas tradicionales de la música, durante los últimos años ha diversificado su estilo y ha incursionado en la balada, los boleros y hasta el folk urbano.
La carrera de Alejandro Fernández
Con una sólida carrera discográfica, el mexicano ha logrado hacerse acreedor a importantes reconocimientos, como dos premios Grammy y seis premios Billboard. Al ser un reconocido cantante a nivel internacional, Alejandro Fernández ha logrado vender 15 millones de álbumes. Además, el Potrillo ha logrado interpretar canciones de grandes compositores, entre los que se encuentran Armando Manzanero, Luis Demetrio y José Antonio Méndez.
El último material que lanzó fue "Hecho en México", disco que estuvo disponible en febrero de 2020 y que le ha dado la oportunidad de recorrer algunas de las ciudades más importantes de Estados Unidos como parte de su gira. Aunque se considera que su debut oficial como artista fue en marzo de 1992, con la publicación de su primer álbum, Alejandro pisó el escenario desde mucho tiempo atrás.
Su primera presentación como cantante
Con tan solo cinco años, Alejandro decidió seguir los pasos de su padre y él, orgulloso de su hijo menor, decidió impulsar su carrera en el mundo de la música. Como parte de una invitación a presentarse en San Antonio, Texas en 1976, Vicente Fernández llegó acompañado del Potrillo, quien iba enfundado en un elegante traje de charro blanco. Con un enorme sombrero y micrófono en mano, Alejandro subió al escenario.
Con los mismos músicos que acompañaban a su padre, Alejandro demostró el talento que había heredado en la voz. Sin embargo, al enfrentarse por primera vez a un público tan imponente, el pequeño se puso tan nervioso que olvidó la letra de la canción y estuvo a punto de soltarse a llorar. Al darse cuenta de esto, el mismo Vicente Fernández decidió acudir para darle seguridad a su hijo, cantó algunas estrofas con él y dejó que se luciera frente a las cámaras.