El escritor George R.R. Martin se inspiró en un hombre de la vida real para dar vida al odiado y cruel personaje de Joffrey Baratheon en la exitosa serie televisiva Game of Thrones.
La popular saga producida por HBO fue creada basándose en los libros del escritor estadounidense, en la historia literaria se narra la competencia entre familias nobles de los siete reinos de Westeros, quienes luchan por ganar el control sobre el Trono de Hierro.
En la serie uno de los personajes más odiados de la saga es el de Joffrey Baratheon, el llamado joven usurpador, para cuya creación George R.R. Martin se inspiró en el cruel príncipe Eduardo de Westminster.
¿Quién fue Eduardo de Westminster?
Conocido como Eduardo de Lancaster, Eduardo de Westminster, fue hijo de Enrique VI y Margarita de Anjou. Nació enl 13 de octubre de 1453 y falleció a los 17 años en la batalla de Tewkesbury; es el único príncipe de Gales, y heredero al trono británico, muerto en combate.
Las similitudes del Príncipe de Gales con Joffrey comienzan con su ascendencia; aunque Enrique VI, apodado el “Rey Loco”, nunca dudó de su paternidad, siempre hubo rumores de que Eduardo era hijo de un amante de la reina.
Se creyó que Eduardo Beauford, segundo duque de Somerset o Jacobo Butler, quinto duque de Ormonde, pudieron haber sido los padres del heredero del trono inglés.
El personaje de Joffrey Baratheon
En el caso de Joffrey Baratheon ocurre algo similar, su no era Robert Baratheon, sino Jaime Lannister, fue fruto de la relación incestuosa que tenía el personaje de Nikolaj Coster-Waldau con su hermana Cersei.
La violencia del personaje de Joffrey, así como su malicia, tuvieron de nueva cuenta como referente al carácter de Eduardo. Ya que al ser hijo del “Rey Loco,” el Príncipe de Gales tenía ciertos brotes de delirio y estaba a favor de decapitar a sus enemigos.
Como referencia quedan las palabras que el entonces Embajador de Milán en Inglaterra escribió sobre el heredero al trono: “Este niño, de apenas 13 años, ya no habla más que de cortar cabezas o hacer la guerra, como si tuviera todo en sus manos o fuera el dios de la batalla".
Por Redacción Digital El Heraldo de México
mypr
