La pandemia por el coronavirus detuvo las presentaciones del Mariachi Vargas de Tecalitlán por primera vez en 123 años, sin embargo, se apoyan en las nuevas herramientas tecnológicas para seguir activos y aseguran que esta situación no dañará al género.
“Lo más increíble del género es que su crecimiento no se debe a cuestiones de mercadotecnia u otros factores. El Mariachi Vargas camina a paso silencioso y ahora hay jóvenes en Estados Unidos y Latinoamérica que se inspiran en nuestra música para entrar a este ambiente y expandirlo por el mundo”, comentó el maestro Arturo Vargas, quien lleva 18 años en el grupo.
Considera que en las escuelas de Guadalajara y la CDMX, hay músicos de calidad que disfrutan tocar el género y en Estados Unidos hay niños de siete años que les gusta el sonido y escogen un instrumento para tocar, algo que le resulta fascinante, porque en cada país adoptan al mariachi de una manera especial.
“Como la institución más vieja, tenemos responsabilidad, compromiso, alegría y amor con el género, porque esto es lo que nos permite seguir adelante, queremos dejar una huella y fomentar nuestras tradiciones en los más jóvenes”, agregó.
Planean autoconcierto
Tras el éxito que tuvo su presentación vía streaming el pasado 1 de noviembre, ofrecerán una repetición el próximo 14 de noviembre, un show que grabaron en la Hacienda el Centenario en Tequila, Jalisco, hace un mes y en el que estuvieron acompañados por el Ballet México Folclórico, originario de Guadalajara.
“Es grabado, porque quisimos cuidar todos los detalles, más de 40 personas estuvieron involucradas en la producción y aunque dura más de una hora y media, tardamos nueve horas en grabarlo, porque la naturaleza nos jugó una mala noche, sin embargo, a la gente le gustó mucho, por eso vamos a transmitirlo de nuevo”, comentó.
Sobre dar un show completamente en vivo, el maestro Vargas comentó que vía streaming lo ve difícil, sin embargo, les gustaría hacer un autoconcierto a inicios del año, tal como el que hicieron hace unas semanas en San Antonio, Texas, donde desde sus autos, la gente cantó y bailó sus clásicos temas.
“Nos fue muy bien, había más de 200 autos y en lugar de aplausos, sonaron los claxon, fue divertido. Queremos hacer algo aquí en el país, por ahora tenemos algunas presentaciones con aforos reducidos para diciembre”, adelantó.
Por Patricia Villanueva Valdez