ECONOMÍA

Empresas familiares contribuyen con 85% del PIB de México

La prueba de fuego de estos negocios es la sucesión

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Carlos Núñez subrayó que es primordial acompañar en el camino a las empresas familiares. Foto: PixabayCréditos: Pixabay

Las empresas familiares contribuyen con 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, refirió María Fonseca Paredes, directora del Instituto de Familias Empresarias del Tecnológico de Monterrey.

Lo anterior, hablando de todo el tejido empresarial, pues son muy pocas las que no son familiares, por lo que se puede decir que, como unidades de negocio, 90 por ciento de las empresas en el país son familiares, precisó en el marco de la presentación del libro Sucesión en la Empresa Familiar: Historias de Éxito, realizado entre Citibanamex y el Tecnológico de Monterrey.

“Estamos hablando de todo el tejido empresarial. Si nos ponemos a ver a fondo son pocas las empresas que no son familiares, somos una economía conformada mayoritariamente por empresas familiares y una cosa es que sean firmas longevas pero siguen tomándose decisiones como un sistema familia-empresa, y lo mismo las pequeñas y medianas empresas”, manifestó.

Al respecto, Carlos Núñez Urquiza, fundador y director Ejecutivo del Centro para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Citibanamex, dijo que no hay que olvidar que estas empresas también son una fuente de empleos en México, de innovación y riqueza, de ahí la importancia de que permanezcan en el tiempo.

En este sentido, destacó que durante la pandemia, las empresas familiares que mejor lograron sortear sus efectos fueron aquellas que contaban con un gobierno corporativo o concilio familiar, en donde se trataban con franqueza las diferencias y problemas generados por el Covid19.

Además de que muchas de ellas se vieron obligadas a transitar de manera más acelerada a la digitalización, logrando algunas llevar sus productos a la red; y tenían menos dependencia de unos cuantos proveedores, por lo que “a libraron mejor”.

Así pues, subrayó que es primordial acompañar en el camino a las empresas familiares, sobre todo las de menos tamaño, pues de acuerdo con los resultados para la integración del libro, muchas de ellas no llegan a la segunda generación y más de un 50 por ciento no logran un proceso de sucesión ordenado, por lo que se venden o se mueren.

El libro resalta cómo empresas familiares en México y el mundo enfrentan el problema de una alta mortandad. La mayoría de las compañías no sobreviven al fundador, sólo una tercera parte llega a la segunda generación y poco más de un 10 por ciento sobrevive hasta la tercera generación.

Al respecto, María Fonseca dijo que efectivamente la prueba de fuego de una empresa familiar es la sucesión, la posible continuidad de un legado que pueda trascender generaciones, por lo que tiene que ser un proceso estratégico e integral, con plena atención de la dirección.

No obstante, aclaró que también hay muchas empresas que no hacen el proceso de sucesión porque nunca fue su objetivo de trascender, sino quizás solo de cubrir una meta establecida en un tiempo determinado, lo que también es válido.

Pero en el caso de las que no logran a dar el paso, comentó que de acuerdo con los trabajos realizados para el libro, se reveló que 36 por ciento no lo logró pues no pudieron ponerse de acuerdo; 10 por ciento tuvo dificultad para encontrar las futuras tareas del director o presidente; y 17 por ciento no se ha dedicado tiempo para hacer la transmisión de la propiedad.

Fernando Pino, director de Proyección Internacional y Empresa Familiar de Citibanamex, refirió que uno de los factores que impiden una buena sucesión es soltar el poder; la seguridad económica; y un tercer factor el tiempo libre, en qué se ocupara quien dirigía la empresa, de ahí la necesidad de tener un plan de sucesión.

A ello se le llama también, dijo, “los temores del patriarca”, que son los que detienen la sucesión o hace que fracase, ayudarles a encontrar una tarea grata.

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