La llegada de Aaron Rodgers a los New York Jets, uno de los movimientos más esperados en la NFL, no ha cumplido con las expectativas de los miles de aficionados que confiaron en que el galardonado mariscal de campo cambiaría el destino del equipo. Desde su incorporación, los Jets no han logrado destacar, ni en lo deportivo ni en lo anímico, dejando a la franquicia con un inicio de temporada lleno de derrotas y frustraciones.
A pesar de este panorama complicado, Rodgers, quien cumplirá 41 años en diciembre, ha dejado claro que su futuro en el equipo podría extenderse más allá de esta temporada, sin importar las numerosas decepciones. En una reciente declaración, Rodgers dejó claro que, a pesar del pésimo arranque de los Jets, que ostentan un récord de 3 victorias y 7 derrotas, no ha cambiado su postura sobre continuar su carrera.
"No realmente, no para lo negativo", dijo el cuatro veces Jugador Más Valioso (MVP de la NFL), dejando entrever que las dificultades del equipo no han alterado su deseo de seguir jugando. Posteriormente, cuando se le preguntó si seguiría jugando el próximo año, Rodgers asintió y afirmó con seguridad, "Creo que sí, sí", reafirmando su intención de continuar su carrera en la NFL.
El futuro de Rodgers más allá de esta temporada ha estado en duda, particularmente debido al desempeño mediocre que ha mostrado en los primeros juegos del año. Con 20 años de experiencia en la liga, este ha sido el peor inicio de su carrera, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre su capacidad para mantenerse en la élite del fútbol americano.
¿Qué pasaría si los Jets cortaran a Aaron Rodgers?
A pesar de los obstáculos, el Quarterback aún tiene un año restante en su contrato con los Jets, que incluye 2,5 millones de dólares en salario base no garantizado y 21 millones en bonos. Esto lo coloca con un impacto de 23,5 millones de dólares en el tope salarial de la próxima temporada.
Sin embargo, si los Jets deciden cortarlo antes del 1 de junio del próximo año, incurrirían en un cargo de "dinero muerto" de 49 millones de dólares, un costo significativo que podría influir en la decisión del equipo.
Rodgers regresó esta temporada después de haberse perdido prácticamente todo el año anterior por una lesión en el tendón de Aquiles izquierdo. Aunque su regreso fue lento, mostró destellos de su antiguo nivel de juego, con victorias notables contra Nueva Inglaterra y Houston en las semanas 3 y 9.
Sin embargo, su rendimiento se desplomó en la derrota por 31-6 ante Arizona, donde completó solo 22 de 35 pases para 151 yardas, de las cuales solo una superó las 10 yardas, un indicador de la falta de profundidad en su juego.
Rodgers no está jugando al nivel, el Quarterback lo admite
Además de la falta de consistencia en su rendimiento, Rodgers ha tenido que lidiar con varios problemas físicos, incluidos dolores en el tobillo, la rodilla y el muslo, que claramente han afectado su movilidad. La movilidad ha sido una de las cualidades que lo hicieron tan peligroso en sus primeros años en la NFL, pero ahora parece estar comprometida por estas lesiones.
"No estoy jugando tan bien como me gustaría, seguro", admitió el quarterback. "Lo bello de este juego es que es un deporte de equipo, y la parte frustrante es que si eres un gran competidor, te apegas a un estándar realista, y no he alcanzado ese nivel este año", expresó con honestidad.
Cuando Rodgers fue intercambiado a los Jets en abril de 2023, las expectativas de los aficionados se dispararon, y muchos esperaban que el equipo estuviera en condiciones de pelear por el Super Bowl. Sin embargo, la lesión sufrida en el partido inaugural de la temporada pasada, que lo dejó fuera después de solo cuatro jugadas, destruyó esas aspiraciones.
No obstante, el optimismo volvió a la franquicia durante la temporada baja y el campo de entrenamiento, con la esperanza de que Rodgers pudiera liderar al equipo a nuevas alturas.
El trágico recorrido de Aaron Rodgers y los Jets en 2024
El comienzo de la temporada no ha sido fácil, y con un récord de 2-3, los Jets decidieron hacer cambios importantes en su cuerpo técnico. El entrenador en jefe Robert Saleh fue despedido por el propietario Woody Johnson, y el coordinador defensivo Jeff Ulbrich asumió el cargo de manera interina. Además, el coordinador ofensivo Nathaniel Hackett, un viejo amigo de Rodgers de sus días en Green Bay, fue despojado de sus responsabilidades como responsable de mandar las jugadas, y la tarea recayó en Todd Downing, coordinador del juego de pase.
Para intentar reforzar el equipo, los Jets realizaron un nuevo canje por el receptor Davante Adams, quien fue compañero de Rodgers durante ocho temporadas con los Green Bay Packers. La llegada de Adams fue vista como una señal de que el equipo buscaba revitalizar su ofensiva y darle más armas a Rodgers para el resto de la temporada.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mejorar el equipo, la situación no ha mejorado, y el récord de los Jets bajo la dirección de Ulbrich es de 1-4 antes de su partido del domingo contra Indianápolis. El despido de Saleh y los cambios en la estructura del equipo, que se pensaron que serían la "chispa" necesaria para encender una reacción positiva, no han tenido el efecto esperado en el rendimiento de los Jets en el campo.
Aunque la reestructuración interna generó expectativas, el equipo sigue mostrando dificultades para encontrar consistencia, y el futuro de Rodgers en Nueva York sigue siendo incierto mientras el equipo se enfrenta a una temporada llena de obstáculos y dudas.
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