Una vez más la Selección Mexicana podría ser sancionada luego de que el sábado 10 de junio apareciera de nueva cuenta el grito homofóbico y discriminatorio en el estadio de Dallas en el partido entre el Tri y Trinidad y Tobago de la Copa Oro 2021.
Este castigo se sumaría al que la FIFA le impuso hace apenas unos días a la Federación Mexicana de Futbol, pues en el pasado torneo preolímpico de CONCACAF, el grito se escucho constantemente en las gradas del Estadio Jalisco y Estadio Akron en Guadalajara; por ello la Selección Mexicana deberá jugar sus próximos dos partidos de local a puerta cerrada.
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Aunque se especulaba con que la sanción sería desviada para que el castigo se cumpliera en partidos de la Selección Mexicana Femenil, parece que finalmente se llevará a cabo en los partidos de eliminatoria rumbo a Qatar 2022 frente a Jamaica y Canadá que se tenía planeado disputarse en el Estadio Azteca en septiembre y octubre.
El origen del grito
El famoso grito discriminatorio y homofóbico nació en febrero de 2004, cuando México y Estados Unidos se enfrentaron en el Estadio Jalisco con motivo del preolímpico de Concacaf.
La barra del Atlas, presente en aquel encuentro, tomaron los despejes del portero rival para tratar de intimidarlo y rápidamente se hizo popular en las demás plazas futboleras alrededor del país.
Un problema para el Tri
Desde entonces el grito se volvió un sonido infaltable en los estadios del futbol mexicano e incluso en los partidos de la Selección Mexicana en torneos internacionales como la Copa Oro, Copa Confederaciones y las Copas del Mundo.
Fue en el Mundial de Brasil 2014 cuando la FIFA comenzó a intentar erradicar el grito, comenzando con advertencias que han escalado hasta sanciones económicas de más de un millón 300 mil pesos y ahora, jugar partidos sin aficionados.
Durante el mundial de Rusia 2018, se advirtió que los aficionados podrían ser sacados el estadio si volvían con el insulto, pero no hubo ningún incidente; incluso se cambió por fragmentos de canciones como ‘Entrégate’ de Luis Miguel.
Sin embargo, el grito continúa apareciendo en estadios de Estados Unidos aunque la Concacaf promovió la campaña What’s wrong is wrong (Lo que está mal, está mal) para evitar que los aficionados lanzaran el grito e implementaron un protocolo en el que si se escucha el grito se suspende el partido por unos minutos y si reinciden se puede dar por finalizado el partido y realizarlo sin público, al día siguiente.
La FMF podría estar ante un severo problema en caso de que no desaparezca el grito, y es que de seguir ocurriendo, además de jugar partidos a puerta cerrada, podrían perder puntos en las eliminatorias rumbo a Qatar 2022 y no asistir la justa; e incluso México podría dejar de ser sede mundialista si este continúa.