Inspirado en el concepto náhuatl "nahui ollin", que significa movimiento perpetuo, el cineasta Santiago Sierra presentó Muralismo desbordado, una videoinstalación que forma parte del proyecto Dioses y Máquinas desarrollado en el laboratorio de creación multidisciplinar del Palacio de Bellas Artes para propiciar nuevas narrativas estéticas a partir del legado del muralismo.
Esta primera entrega, que fue comisionada al también fotógrafo mexicano, parte de la premisa de los recursos que habrían empleado muralistas como Saturnino Herrán, Clemente Orozco, Diego Rivera y Fermín Revueltas si vivieran en el México del siglo XXI, así como las situaciones que hubieran llevado a los muros para crear un diálogo directo con los asistentes al Palacio.
“El proyecto busca indagar sobre nuestro pasado con el fin de explorar la identidad mexicana y sobre lo qué significa ser mexicano partiendo del espíritu de los muralistas, cuya visión también radicó en redefinir y visitar la identidad”, contó el artista.
Y destacó "que esta corriente artística toca puntos importantes sobre los problemas relevantes y sobre las historias que deben ser contadas", por eso, aunque su obra sí va de la conquista y sí va del mundo prehispánico para entender quiénes somos, dónde estuvimos y hacia dónde vamos, también revisita temas actuales relacionados con la naturaleza, la sociedad y la violencia.
“Los artistas de ese tiempo cambiaron el caballete por los muros, por lo que me pareció pertinente recrear las historias de estos murales a partir de la danza, el movimiento y el cine para crear un recorrido “vivo” que hablara de nuestra realidad”, dijo Santiago Sierra.
Y explicó, que una de sus partes favoritas de este proyecto que se aprecia en siete pantallas de más de un metro. es la reinterpretación que realizó de Los aristócratas (1923), de José Clemente Orozco, donde se aprecia una escena en blanco y negro, en la que una mujer que vende flores en el Centro Histórico de la Ciudad de México es ignorada por los peatones, los que se refiere a la descomposición de la sociedad.
Algunos de los murales que inspiraron esta videoinstalación son Nuestros dioses (1918), de Saturnino Herrán; Sacrificio Humano (1947), Indio venado (1948) y Los aristócratas (1923), de José Clemente Orozco; Mercado de Tlatelolco (1942), de Diego Rivera; y Alegoría de la Virgen de Guadalupe (1922), de Fermín Revueltas, por mencionar algunos.
Muralismo desbordado, de Santiago Sierra, permanece en la Sala Paul Westheim, del Palacio de Bellas Artes hasta el 27 de agosto.
A DETALLE
- La obra fue escrita y dirigida por Santiago Sierra.
- En la creación participaron también Alexis Zabé, ganador de los premios Ariel a la mejor fotografía en 2004 y 2007; y la coreógrafa Priscila Hernández.
- Aborda temas relacionados con la naturaleza, la sociedad y la violencia.
- 7 pantallas conforman la videoinstalación.
- 8 minutos dura el recorrido.
MAAZ