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Desde niña supe que me dedicaría al teatro: Sabina Berman

Con casi medio siglo dedicada al teatro, la dramaturga, novelista y periodista es motivo de un homenaje; con ese motivo habla de su labor en la disciplina

Desde niña supe que me dedicaría al teatro: Sabina Berman
Con casi medio siglo dedicada al teatro, la dramaturga, novelista y periodista Foto: Cortesía

Algo supo Sabina Berman (Ciudad de México, 1955) desde muy joven: su vida estaría en el teatro. “Estaba muy pequeña, tendría cinco años, a mí me dejaban en el Teatro Orientación los sábados y los domingos a que viera ‘El zapatero remendón’ (que dirigió Manuel Lozano 14 años) y desde entonces me sentí maravillada por el teatro, incluida por el teatro, supe muy pequeña que me iba a dedicar al teatro”, cuenta.

También periodista y novelista, Berman está siendo motivo de un homenaje, “una palabra pomposa para decir mesas de análisis sobre, en este caso, mi obra”, dice. Primero fue la Feria del Libro de Monterrey, y este sábado será en la del Zócalo de la Ciudad de México, donde la dramaturga conversará con Ana Francis Mor y Priscila Meléndez, a las 20:00 horas.

La ocasión es motivo para conversar con ella sobre el impulso de hacer teatro. Para Sabina Berman llegó con el ímpetu y la irracionalidad de la adolescencia: “Nunca calculé los pros y los contras de dedicarme a esto, lo decidí siendo adolescente, ya a los 16 años estaba escribiendo para el teatro, en la prepa montábamos textos míos y en la universidad tuve la oportunidad de hacerlo más profesionalmente”.

Cuenta que mientras estudiaba Psicología ganó un premio que la llevó, con un obra amateur, por varios estados: “En ese momento yo les dije a mis compañeros: ‘hay dos tipos de personas, las que hacen teatro y las que no se atreven’, se me quedaron viendo como si estuviera loca porque uno ya tenía decidido ser investigador conductista, el otro quería seguir a la pedagogía, otro quería estudiar psicología industrial, pero para mí eso era cierto y seguí haciendo teatro”.

Muy joven se convirtió en una prolífica escritora de teatro, pero la celebridad llegó con “Entre Villa y una mujer desnuda” (llevada al cine en 1996); más tarde, obras como “Molière”, “Testosterona” y “Feliz nuevo siglo, Doktor Freud” confirmaron su lugar en la escena. Muy pronto también se reveló el perfil político de su trabajo.  

“Muy rápido empecé a hacer teatro político porque mi formación política es el feminismo, así que lo primero que te revela es que lo personal es político y entonces muy rápido empecé a hacerlo en el teatro, cuando se volvió, creo, notable para el público del teatro fue cuando hice ‘Entre Pancho Villa y una mujer desnuda’, que es una historia de amor, sin embargo es una obra que habla de la diferencia, de la desigualdad, de poder de los hombres y las mujeres”, explica.

Berman define al teatro como “la vida humana en maqueta”, pero mientras habla va revelando una definición más extensa como aquella que cuenta como anécdota, cuando Ricardo Blume intentando imitar las posturas de Freud descubrió que el padre del psicoanálisis padecía de los riñones. “Yo venía de leerme todas las biografías habidas y por haber de Freud y le dije ‘en ninguna se consigna’; él me dijo ‘estoy seguro’. Años después salió una nueva biografía de Freud donde se consignaba”.

¿Cómo lo supo Blume?, pregunta ella misma, “porque estaba imitando la gestualidad de Freud en su cuerpo, descubrió por qué Freud tenía una cierta gestualidad y eso es el teatro, y así hacemos teatro los que hacemos teatro, yéndonos al cuerpo humano. Ni siquiera al intelecto humano, al cuerpo humano”.

MOMENTO DIFÍCIL

Para quien ha dedicado la mayor parte de su vida a la escena, la disciplina vive “tiempos difíciles en México. Voy al teatro, y voy al teatro mexicano y voy al teatro en otros países, pero ¿qué veo? La pandemia dejó muy maltratado al teatro, dejó desfondados a los productores comerciales, y esta 4T austera ha descuidado las formas de producción del teatro”.

Además, opina, “la época neoliberal mal acostumbró a los creadores de teatro a pensar que la única manera de hacer teatro es recibir fondos del Estado y hacer teatro en los locales, llamados teatro, creo que es necesario que todos nos salgamos de ese único camino, hay muchas otras formas”.

Sabina Berman lamenta que el teatro sea tratado como si fuera un restaurante de lujo: “A los espacios donde se hace teatro inmediatamente les cae la Secretaría de Hacienda y los quiere tratar a todos por igual, necesitamos que quiten, no necesitamos que nos den cosas, sino que quiten la regulación extractiva, esta cosa neoliberal que donde hubiera una actividad humana el Estado estaba para sacar cosas, todo medido en términos de dinero”.

“Que quiten la regulación hacendaria alrededor del teatro, que no nos cobren impuestos, no acaso están interesados en que florezca el arte en todas partes, de manera que pudiéramos hacer teatro en los restaurantes, pero también en los parques, también en los patios de los conjuntos habitacionales, también en los kioscos de los Zócalos, también en las casas privadas”, opina.

Si bien Berman no tiene estrenos teatrales en puerta, el 90 por ciento de su vida está dedicado al teatro, ya sea a escribir, a dirigir o a desarrollar proyectos, también escribir guiones de cine, actividad que considera “una extensión del teatro, otra manera de hacer teatro”. En estos momentos planea filmar, muy probablemente como directora, ‘Una ternura radical’, “la historia de una ecologista que va encontrando que la manera de relacionarse directamente con la naturaleza es a través de un cuerpo tierno”.

 

A DETALLE

  • Sabina Berman nació en la Ciudad de México el 25 de agosto de 1955.
  • Hija de padres emigrados a México, estudió Psicología y Letras Mexicanas en la Universidad Iberoamericana.
  • Con su trabajo teatral ha ganado premios como el Juan Ruiz de Alarcón y el Rodolfo Usigli.

MAAZ

 

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