CÚPULA

Se lee, se siente, la tipografía está presente

El valor semántico de la palabra no se deduce sólo de su contenido verbal sino también de su aspecto físico

CULTURA

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Formas, tipografíaCréditos: El Heraldo de México

Tú, que estás leyendo este texto, ¿puedes imaginar tu día a día sin tipografía? Probablemente no. Estamos expuestos a un sinfín de estímulos visuales que nos permiten percibir el mundo que nos rodea. Vivimos inundados de publicaciones, carteles, folletos, rótulos, letreros y logotipos; pasamos el día leyendo y respondiendo mensajes de texto en redes sociales. Desde que inicia nuestro día, y hasta que termina, estamos expuestos a distintas formas de las palabras.

El lenguaje es el instrumento más viejo para realizar operaciones de información y comunicación. La tipografía como representación gráfica del lenguaje le confiere su aspecto visible y se encuentra asociada a la transmisión del conocimiento. Gracias a la tipografía, el lenguaje ha adquirido una nueva dimensión espacial que lo ha preservado durante cientos de años y es parte esencial de la cultura.

Pero, ¿qué es la tipografía? Acordemos. La «tipografía» (del gr. typos, modelo, molde, y graphê, acción de escribir) es una mecanización de la palabra escrita mediante el uso de «tipos» de letras prefabricadas. Como sistema de impresión en relieve tiene su origen en China y se cristaliza en Europa, alrededor de 1450, con los aportes de Gutenberg. El principio técnico es simple, consiste en la composición manual de tipos metálicos entintados que se presionan sobre una superficie para obtener múltiples copias del texto escrito.

Para nuestra cultura occidental alfabética, las letras y «tipos» pertenecen al ámbito de la escritura (fonográfica). Las primeras son la materia prima de los tipos. Se parecen, pero no son lo mismo. No se trata de conceptos intercambiables, en todo caso, son subsidiarios. La diferencia estriba en que la letra es una expresión gráfica que representa un sonido, es el elemento primordial de la escritura alfabética; mientras que los tipos son una tecnologización de la letra manuscrita. Los tipos son los moldes que usamos para escribir con letras prefabricadas, al resultado de este proceso se le conoce como: «tipografía».

La palabra hecha forma, la tipografía, le confiere al lenguaje su aspecto visible y es el soporte de un número indefinido de interpretaciones. Transforma el significado de la palabra escrita, aumenta la potencialidad del lenguaje y da una nueva estructura al pensamiento. Como integrante formal de las palabras, la tipografía tiene la capacidad de referir, aludir, evocar en tanto sustancia verbal y expresión formal. La escritura tipográfica posee dos funciones que actúan sinérgica y simbióticamente: la lingüística y la simbólica. La primera se ocupa de la consignación de la palabra en el espacio gráfico. La simbólica opera sobre la imagen y expresión plástica de la palabra. Las características perceptuales de la tipografía revelan una serie de significados implícitos en la expresión formal de los signos. Así, a partir de la interacción de ambas funciones se combinan las propiedades semánticas de la palabra y de su expresión plástica para generar significados.

El valor semántico de la palabra no se deduce exclusivamente de su contenido verbal sino también de su aspecto físico. A la polimorfía de la letra y de la palabra se les puede considerar como artificios significantes que afectan la interpretación de la escritura. Toda forma tipográfica despierta en el observador contenidos emocionales y genera una respuesta cognitiva. Por eso, la próxima vez que leas una tipografía, piensa en su forma, a ver qué te dice y a ver qué te hace sentir.

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