Las cenizas del Nobel mexicano, Octavio Paz, junto con las de su compañera en vida, Marie José Tramini, fueron depositadas en una ceremonia notarial a puerta cerrada en el Memorial creado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y el rector de la UNAM, Enrique Graue, fueron los encargados de depositar las cenizas de la pareja en el elemento artístico creado por Vicente Rojo, y como testigos se convocó a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto; a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y a las escritoras Elena Poniatowska y Bárbara Jacobs.
Durante la ceremonia que se llevó a cabo esta mañana, Eduardo Vázquez Martin, coordinador ejecutivo del San Ildefonso, recordó que la decisión de depositar las cenizas en el recinto en donde Paz estudió de 1930 a 1933 fue tomada por los gobiernos de la República y de la Ciudad de México, así como la UNAM, pues el poeta no deseaba descansar en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Así, entre las instituciones y amigos cercanos al Nobel, y con base en el poema “Nocturno a San Ildefonso”, se decidió que el destino final de las cenizas fuera el recinto universitario.
Además, se invitó al artista Vicente Rojo a crear un monumento funerario y artístico. “En principio se pensó que las cenizas de Paz y de su compañera podrían reposar bajo las magníficas magnolias del Patio Principal del Colegio. Vicente Rojo propuso, en cambio, una fuente emplazada en el Patio de Pasantes y propuso desarrollar dos proyectos paralelos y complementarios: una urna funeraria en un aula del Colegio, acondicionada, además, como Biblioteca, como sala de lectura, y la fuente escultórica”, dijo.
Vázquez Martín indicó que, para desarrollar el Memorial, el gobierno de la República, la UNAM y el gobierno de la Ciudad de México, destinaron los recursos necesarios; mientras que el Patronato del Colegio de San Ildefonso se comprometió a financiar el desarrollo de la fuente.
En el Memorial, frente a la urna, resguardada por una estela de parota, el artista diseñó una espiral de 32 círculos, hecha con la madera maya del tzalam. Mientras que de la fuente emergen 38 triángulos de granito que desembocan en un espejo de agua.
Tras la ceremonia solemne, a partir de este viernes se llevará a cabo un programa artístico y cultural en San Ildefonso, en sedes alternas y también de manera virtual. Contará con presentaciones editoriales, conferencias, conciertos, lecturas de poesía, impresión de hojas volantes, actividades lúdicas infantiles, y actividades de intervención artística y literaria.
Entre las 40 actividades destaca la mesa inaugural “Octavio Paz en el siglo XXI”, a cargo de Christopher Domínguez, Guadalupe Nettel y David Huerta, a las 13:00 horas.
SSB
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