Carlos Pellicer Cámara fue Senador de la República en 1976, en la L Legislatura, cargo que ejerció unos pocos meses, los últimos de su vida. Fue electo a este curul por su estado natal, Tabasco, donde nació en 1897, en San Juan Bautista, hoy
Villahermosa.
Pellicer es considerado uno de los más destacados poetas del grupo Contemporáneos, fundó la revista del mismo nombre al lado de intelectuales como Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet y Gilberto Owen. La actividad del tabasqueño caminó de manera paralela entre el humanismo y la política, con el compromiso social como bandera. Fue un gran orador —con una grave voz y una contundente línea discursiva— llevó su grito de apoyo a los derechos de los más desprotegidos a todos los rincones del país.
Catalogado también como “poeta del trópico”, Pellicer fue alfabetizador y profesor, ejerció como profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria. A lo largo de sus 80 años escribió más de 25 libros, todos ellos en torno a la belleza de la naturaleza. El poeta tabasqueño creció en un período de desarrollo y declive del porfiriano; al término de la Revolución Mexicana se sumó al proyecto educativo de José Vasconcelos y trabajó en pro de la conclusión del analfabetismo en México. Viajó a Europa y a Centroamérica —Colombia y Venezuela—, donde abrevó de las ideologías modernas y revolucionarias. Fue un convencido bolivariano. En 1921, al lado de Diego Rivera, Vicente Lombardo Toledano y José Clemente Orozco, entre otros, fundó el Grupo Solidario del Movimiento Obrero.
El servicio público fue una tarea que lo llevó a consolidar proyectos culturales de enorme relevancia para México; desde su posición como creador, activista y estudioso fue un gestor cultural adelantado a su tiempo; director del Departamento de Bellas Artes –hoy Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura–. Sus estudios en museografía y arqueología lo llevaron a fundar el Museo Arqueológico Parque La Venta, Tabasco; el Museo Arqueológico de Hermosillo, Sonora; así como la Casa Museo Frida Kahlo y el Museo Anahuacalli en la Ciudad de México.
Pellicer fue un creador que llevó sus raíces y sus ideas a las más altas esferas de la vida pública para dar visibilidad a los más desprotegidos. Murió en la Ciudad de México el 16 de febrero de 1977. A un cuarto de siglo de su ausencia, el tabasqueño ilustre es un referente en la cultura y la política de este país. Fue un hombre moderno con una visión amplia de la realidad que plasmó a través de su creación y su servicio público. La muerte lo sorprendió en uno de los más grandes y comprometidos encargos de la Nación: Senador de la República. El poeta se fue de este mundo sirviendo a México.
Por Ricardo Monreal Ávila
PAL