“Cuando me enteré que me quedé en este evento de esta altura no lo podía creer, porque cuando me inscribí al Semillero pensé que era algo muy fácil, algo muy básico, nunca pensé presentarme en un Auditorio así, la verdad me siento muy emocionado”, dice el joven Gael Luna. Integrante del Semillero creativo de títeres de Chimalhuacán, él será uno de los mil 900 niñas, niños y jóvenes que el 24 de noviembre próximo participará en la tercera edición de “Tengo un sueño”.
El encuentro “multidisciplinario, multicultural y multilingüe” se llevará a cabo en el Auditorio Nacional (a las 19:00 horas) y, este año, estará conformado por tres bloques en los que se ejecutarán 15 piezas musicales y diferentes entreactos de danza, teatro, títeres y circo a cargo de los integrantes de 327 Semilleros creativos que existen en el país, y los que, de acuerdo con la Secretaría de Cultura federal, se atiende a 12 mil niñas, niños y jóvenes.
De la Ciudad de México participarán unos 150 pequeños creadores, el resto (unos mil 750) provienen de los 32 estados del país, quienes alternarán escenario con figuras como Elisa Carrillo, Lila Downs, Mario Iván Martínez, Horacio Franco, Sonora Santanera, Mono Blanco, Alejandra Robles “La Morena”, Lyla June, Mare Advertencia Lírika y los personajes de 31 minutos.
Los niños participantes, afirmó Esther Hernández, directora de Vinculación Cultural de la SC, han sido elegidos por sus propios compañeros: “Los semilleros suceden a diario, durante todo el año, en ellos no sólo se aprende y se práctica una disciplina artística o se revitalizan expresiones culturales, mediante los dispositivos de participación, las niñas, niños y jóvenes son agentes culturales que en asamblea identifican problemáticas sociales y proponen soluciones para mejorar sus entornos”.
Nuevos agentes sociales
Esa metodología, señaló la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, ha permitido convertir a los pequeños en “agentes sociales”; cada niño y niña, dijo, “no sólo se está convirtiendo en un gran artista, siempre proponemos el símil o me permito hacerlo, que si fueran deportistas serían de alto rendimiento porque se dedican a su disciplina 3 o 4 horas diarias, pocos artistas tienen el privilegio de hacerlo, la metodología que es hacer comunidad, escuchar, la escucha es la base, lo primero de todo”.
En 2019 los entreactos de “Tengo un sueño” estuvieron destinados a la temática de género, y en 2021 a las raíces indígenas, en 2022 reflexionarán en torno a cómo el racismo y el clasismo lastima a la sociedad. Adicionalmente al evento nacional en el Auditorio, este año también se llevarán a cabo 32 “Tengo un sueño” estatales, del 15 de octubre al 12 de noviembre, en los que participarán los semilleros de cada entidad federativa.
Realizar “Tengo un sueño”, dijo Hernández, costará “más o menos lo mismo que el año pasado”: unos 30 millones de pesos, pero en 2022 sumará 5 millones más para llevar a cabo los eventos estatales. Así, el programa de Semilleros creativos suma una inversión de 285 millones de pesos anuales: 35 para presentar sus resultados y 250 millones para operar los 327 semilleros, incluyendo el pago de maestros, promotores, materiales para que trabajen los niños, eventos de producción, conectividades y viajes.
En ese presupuesto también está incluida la concentración que los mil 900 niñas y niños que actuarán en el Auditorio tendrán del 12 al 20 de noviembre en el Centro Vacacional IMSS, de Oaxtepec. Ahí también concluirán la escenografía “El fandango de los pixeles”, que “utiliza el utilizando el concepto del pixel como mínima expresión visual que conforma un todo y al mismo tiempo todos los píxeles son únicos, somos uno en la diversidad y juntos sumamos algo más grande”, dijo la directora artística de “Tengo un sueño”, Cecilia Sotres.
Alrededor de mil participantes de 50 semilleros elaboran 400 pequeños cuadros de un metro por un metro, que en el campamento nacional se tejerán entre ellos para conformar una pieza monumental.
Buscan acabar con la violencia y la marginación
Para la secretaria Frausto, los Semilleros creativos son la fórmula para ir terminando con la violencia y la marginación: “Nos toca poner a la cultura en el lugar en donde más se necesita, por supuesto que estamos en los teatros, en los museos, en los grandes espacios, pero de nada serviría toda esa extraordinaria labor cultural sino incidimos en lo que a nuestro país más le duele: la desigualdad, la violencia, el clasismo, el racismo, la discriminación, la exclusión”.
La pandemia había alejado a muchos jóvenes del programa, como el caso de la Orquesta Infantil Comunitaria Bonfil, de Acapulco, donde ante el cierre de la playa los pequeños debieron partir con sus padres, la actividad se encuentra totalmente recuperada. Los 327 Semilleros creativos (incluidos 115 dedicados a la música) del país operan completamente. Frausto incluso planea aumentar su incidencia y llegar a 500 semilleros al término de su administración en 2024.
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dhfm