Según historiadores, Maximiliano de Habsburgo llegó a México en 1864, invitado por altas esferas de conservadores en el poder, impulsados por Antonio López de Santa Anna y con apoyo y aprobación de Napoleón III, con la finalidad de que un miembro de la realeza europea gobernara los territorios mexicanos, sin embargo, no contarían con que él, juntó a su esposa, la emperatriz Carlota, desarrollaran un amor inmenso por México.
Con ideas liberales, Maximiliano no pudo gobernar Austria, debido a que su hermano mayor era Francisco José y en aquél tiempo, no existía un territorio el cual gobernar, sin embargo, al llegar a México, hasta solicitó que se llevara una especia de encuesta para saber si los mexicanos deseaban que él fuera su nuevo emperador, sin embargo, con engaños y un montaje, los conservadores le hicieron creer que efectivamente, los mexicanos aprobaron su mandato.
Enamorado de México
El escritor Enrique Ortíz García, plasma algunos datos novedosos en su libro Las Águilas de Tenochtitlán de Editorial Grijalbo sobre éste peculiar personaje bajo el marco de la celebración de los siete siglos de fundación de la gran ciudad de Tenochtitlán, Ortíz afirma en entrevista para medio digital que Maximiliano habría llegado con la idea de formar un segundo imperio, hacer la guerra contra los liberales como Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, sin embargo no logró pacificar el territorio.
El archiduque fue un gran admirador de las culturas de Meso América, gran cantidad de pinturas lo dibujan en grandes postales cerca de las pirámides de Teotihuacán mientras montaba a caballo, además de su gran interés por aprender la lengua náhuatl, además adoptó una peculiar obsesión que derivó una gran colección de objetos prehispánicos que desarrolló una gran empatía por los pueblos indígenas.
Consanguinidad bélica
Su hermano Carlos Luis fue el padre del importante Archiduque Francisco Fernando de Austro-Hungría asesinado junto a su esposa la duquesa de Hohenbergen un acto terrorista, lo que desembocaría el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, quien luego del asesinato de Fernando, el imperio de los Habsburgo fue defendido como muestra de fidelidad y lealtad a su anciano emperador, Francisco José I, quien ocupaba el trono desde 1848.
Sin embargo, historias aseguran que dadas las circunstancias, Maximiliano debía regresar para defender su territorio y tomar el poder con el fin de evitar la guerra, sin embargo, tal vez por amor a México decidió "morir" aquí, pese a que circulan una serie de teorías que apuntan que él mismo planeó un montaje de su fusilamiento para evitar regresar a Europa, esta teoría estpa basada en el análisis de las supuestas imágenes dónde se ve su cuerpo fusilado en Querétaro.
Con información de Infobae
avh