PIANISTA

María Hanneman. Joven promesa del piano

A sus 14 años ganó el Primer Lugar del Grand Prize Virtuoso y fue seleccionada para la Cátedra Ricardo Castro del INBAL, integrada por sólo 12 jóvenes músicos del país

CULTURA

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MARÍA HANNEMAN. Foto Flavio Bizarri. Cortesía María Hanneman.Créditos: Foto: Cortesía

“Nadie en mi casa es músico”, dice la joven prodigio que no se asume así. Ganadora de concursos, solista de concierto y promesa de la música: María Hanneman se encuentra cimentada firmemente en la tierra y simplemente disfruta lo que hace. No busca el blof del que se acusa al músico clásico; se da tiempo de ser adolescente y tocar el piano.

La madurez de María, a sus 14 años, sorprende. Nos cuenta cuando ganó el primer lugar del Grand Prize Virtuoso: “Nos mandaron un mail desde Salzburgo diciendo que había ganado, estuvo muy emocionante”. No es la primera vez: ha recibido premios en Mexicali, Villahermosa y Monterrey, así como en el Festival de Música Rusa, en Vancouver, Canadá; fue seleccionada para la Cátedra Ricardo Castro del INBAL, integrada por sólo 12 jóvenes pianistas del país, ella fue la más joven; en 2018, obtuvo el segundo lugar en su categoría en el Primer Concurso Internacional de Piano José Cuervo Petrof, en Jalisco.

Piano de juguete

“Está fluyendo –no me siento presionada, pero es pesado–”, señala sobre la suma de sus estudios regulares y el perfeccionamiento musical en el Conservatorio Nacional del Música (CNM). Su formación comenzó a los tres años con un piano de juguete y continuó con el Método Suzuki, para luego abrirse paso en Conser, como le llaman al CNM los pupilos.

¿Qué le puede faltar a María, tiene talento, apoyo de su familia y el caluroso abrazo de la comunidad musical? A María le faltó ser hombre. Relata cómo ha vivido las diferencias hacia y desde colegas. “Me ha pasado que voy a ver a directores, y si me acompaña algún amigo pianista, le dan toda la atención a él. ¡Incluso me han dejado con la palabra en la boca!”. Es momento de hablar de género en la música. “Me han preguntado si dejaré el piano cuando tenga novio, al igual que a muchas amigas talentosas. Pero no, no lo voy a dejar. Yo me dedicaré a la música”, afirma.

3 AÑOS tenía cuando inició su pasión por el piano. Foto: Cortesía

Género en desventaja

Estoy sorprendido –mi mandíbula está en el suelo–. Tiene 14 años y la conciencia de género de alguien mayor. Lección aprendida: no por niña sabe menos. Sabe que para algunos colegas el género es desventaja y no sesga en su cada vez más exitosa trayectoria. “Sí hay apoyo, pero honestamente hay más para los hombres que para las mujeres”. Dice que es momento de darle más oportunidades a las mujeres.

“Intento seguir con lo mío y no hacer caso a comentarios”, responde sobre si le han recomendado tener un plan B, alterno a la música. Vaya que sigue: “Quiero tocar en la Sala Principal de Bellas Artes, en Carnegie Hall, en la Nezahualcóyotl, en la Ollin Yoliztli, el Teatro Degollado, en Berlín, París, Viena, con muchas orquestas”. Su prioridad es terminar la carrera en el CNM y la secundaria. Tiene claridad sobre lo que quiere grabar y hacer: Chopin, Rachmaninov, Clara Schumann y más. “Me encanta la música mexicana, toco algunas cosas de Ponce”. Nunca ha acompañado a cantantes, pero tiene esa curiosidad.

Niña Prodigio

María no pierde el suelo y se siente feliz con lo que ha logrado: “No me considero niña prodigio. Soy una chica normal, que va a la escuela, toca el piano y da conciertos. El único niño prodigio en la música fue Mozart”. Con nombre de grande y los pies bien puestos en la tierra, será, sin duda, uno de los atalayas de la cultura de nuestro México.

Por Mauricio Elí