Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Nature Aging ha encendido las alarmas sobre el futuro de la esperanza de vida. Según la investigación, liderada por el profesor Jay Olshansky de la Universidad de Illinois, la posibilidad de alcanzar los 100 años podría estar cada vez más lejos del alcance de los recién nacidos. Los científicos han descubierto una tendencia preocupante: el aumento en la esperanza de vida, que durante décadas fue constante, se ha desacelerado significativamente desde los años 90.
De todos modos, los países Corea del Sur y Hong Kong han mostrado excepciones, respecto a la desaceleración en la esperanza de vida, el panorama global es menos alentador. En ese sentido, hay que mencionar algunos factores: sociales, ambientales y de salud que influyen en esta mala noticia para los recién nacidos en 2024. Vale mencionar que esta información ponen en duda las proyecciones anteriores sobre una población mundial cada vez más longeva.
Esperanza de vida
El estudio, que analiza datos de las regiones con mayor esperanza de vida del mundo, revela que es poco probable que más del 15% de las mujeres y solo el 5% de los hombres logren convertirse en centenarios en este siglo. Ello podría ser una mala noticia para los recién nacidos en este año. Los autores advierten que para alcanzar una esperanza de vida de 110 años, se necesitarían cambios drásticos en los patrones de salud y longevidad a nivel mundial, algo poco probable en el corto plazo. El análisis, que abarca datos de mortalidad de las regiones con mayor longevidad del mundo, como Japón, Corea del Sur, Hong Kong y varios países europeos, reveló que las mejoras en ésta empezaron a desacelerarse desde la década de 1990.
Las razones detrás de esta desaceleración son múltiples y complejas. El envejecimiento de la población, el aumento de enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad y el sedentarismo, así como factores ambientales y sociales, están jugando un papel fundamental. Los expertos señalan que si bien es posible extender la esperanza de vida a través de la prevención y el tratamiento de enfermedades, los límites biológicos y las condiciones actuales sugieren que los 100 años podrían convertirse en un umbral difícil de superar para la mayoría de las personas.
A pesar de este panorama que parece desalentador, los científicos enfatizan la importancia de continuar investigando y desarrollando estrategias para mejorar la salud y el bienestar de las personas a lo largo de toda su vida. Reducir factores de riesgo como el tabaquismo y la obesidad, así como promover estilos de vida saludables, son medidas clave para maximizar la esperanza de vida y la calidad de vida.