Una de las aplicaciones de citas más descargadas es Tinder, que fue conocida a partir del 2012, donde se ha buscado tener un contacto con el otro de manera más directa e inmediata en la mayor parte de los casos, con fines de entretenimiento o sexuales. Un dato interesante que reporta Statista sobre la cantidad de descargas de la aplicación es que, en enero del 2021, es el pico más sobresaliente, entre el 2019 y 2022, justo en la etapa donde vivimos un aislamiento por la pandemia por Covid-19.
Actualmente no sólo vivimos en inmediatez, vivimos con la idea de que todo tiene que ser cada vez más sencillo y práctico; sin embargo, no sólo la manera de la interacción se ha fundamentado en la prontitud, también, es importante hacer una observación a la representación que se realizan de sí mismos, buscando el mejor ángulo, el mejor filtro, la mejor perspectiva para resaltar las cualidades más sobresalientes, ante ello, también la descripción de cada usuario es limitada. Pero mostrar las características para ser deseado es lo primordial; además, los perfiles están colocados y ordenados a forma de catálogo, semejanza a la de elegir un producto que pueda satisfacerte si cumple sus expectativas, tus propios deseos.
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Todo lo anterior dado a que, la táctica de selección es por medio de swipe right (delizar a la derecha) si te interesa, swipe left (deslizar a la izquierda) si no te interesa y poder concretar una comunicación vía chat. Este procedimiento puede ser de segundos o minutos, la selección es rápida en contraste con la vida real que podría llevar más tiempo.
Esta app no sólo tiene la función crear redes de contacto con diversos propósitos, igualmente, es un medio donde desde el inconsciente se busca la mirada del otro. Esa constante búsqueda es aún más perceptible en le época de pandemia cuando gran parte de la población vivió en soledad sin la oportunidad de tener los procesos de socialización que tenía antes de la pandemia.
Ser mirados y reconocidos por el otro, es parte de una formación y transcurso que viven los seres humanos. La tecnología es el apéndice que contribuye a la obtención de la satisfacción. Sin bien, Tinder no es la única aplicación con la que podríamos analizar esto, pero en ella, no sólo comprende es ser mirado, también, que la conexión sea instantánea; sobre estas acciones se busca entender lo siguiente, ¿Se busca conocerse a sí mismo por medio del otro? ¿Será posible, entender al otro cuando anteponemos nuestro propio deseo?
Sin duda alguna, Tinder no es el lugar adecuado para concretar una relación firme e íntima, porque la misma comunicación y proceso de selección es como agua que fluye de manera rápida, sin retroceso, sin reflexión. Mi intención no es la inactividad de estas plataformas, en interrumpir el avance continuo y hacernos preguntas. Preguntas que nos harán caer en cuenta de nuestra propia relación con el otro.
XBB
