Ha pasado más de una semana desde que los medios de comunicación internacionales centraron su atención entorno a un escándalo que rodea la corona británica, esto luego de que trascendiera información que apunta a una presunta infidelidad por parte del príncipe Guillermo hacia su esposa Kate Middleton.
Desde ese momento los príncipes de Gales se encuentran en el ojo del huracán debido a que los rumores entorno a que hay una crisis en su matrimonio no han parado y esto ha sido informado a través de prestigiosos medios británicos e internacionales como Daily Mail, The Mirror o The Sun, quienes apuntan a que existen pruebas de que el hijo del Rey Carlos III pasó el día de San Valentín en compañía de su supuesta amante Rose Hanbury.
Sin embargo, conforme transcurren los días, poco a poco se va borrando información al respecto y los medios de comunicación en Reino Unido que hicieron eco sobre la supuesta cena entre el hijo del Rey III y su supuesta amante han ido desapareciendo, algo que sin duda ha llamado la atención a nivel internacional, puesto que cada vez es más difícil encontrar los detalles respecto a este suceso.
Es por eso que ahora ha llamado la atención una fuerte hipótesis que apunta a que el Palacio de Buckingham apeló por una ley llamada “super-injuction”, herramienta legal que se utiliza en situaciones específicas para que la realeza ponga silencio a los medios de comunicación; se trata de una norma de privacidad que permite a los royal ocultar determinada información que atenta contra la intimidad de la realeza.
Esto es algo que ya habría pasado en 2019, momento en el que se comenzó a hablar sobre un supuesto romance del príncipe William con Rose Hanbury, e incluso en aquel momento se difundieron imágenes que atestiguan que estuvieron juntos, las cuales cada vez es más difícil de encontrar en la red, sin embargo, existen vestigios de que alguna vez fueron publicadas.
En caso de aplicarse la “super-injuction” los medios de comunicación británicos no pueden mencionarla ni reconocer que están siendo sometidos a una fuerza de censura, sin embargo, esta es la única teoría que al momento ha tomado relevancia a la hora de intentar explicar la poca información que existe sobre la cena del 14 de febrero del príncipe William con su presunta aventura extramarital.
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