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La sexy igualdad en la belleza femenina en un mundo aspiracional

En la sociedad “woke” en la que estamos viviendo todos tenemos la obligación de ser conscientes de cuestiones sociales y políticas de equidad y justicia social

La sexy igualdad en la belleza femenina en un mundo aspiracional
En la sociedad “woke” en la que estamos viviendo todos tenemos la obligación de ser conscientes Foto: Cortesía

Debemos concientizarnos de los problemas y desafíos que enfrentan las minorías étnicas y grupos marginados de la sociedad. Se espera que estemos informados y comprometidos en cuestiones como racismo, sexismo, discriminación de género, igualdad de oportunidades, cambio climático y lo que se vaya generando. Hay que ser empático, inclusivo y tolerante porque si no lo eres esa sociedad tan ecuánime se volcará con toda la furia en contra de aquel que no acate sus reglas.

Hoy está de moda ser “woke”, ser una especie de justiciero de los derechos civiles, sin importar que los “woke” a veces no respetan el derecho de los demás a tener otra opinión, y pueden llevar a una excesiva polarización de la sociedad como hoy lo estamos viviendo en muchas áreas. 

La sociedad woke ha presionado a la industria de la moda para que sea más consciente en cuestiones sociales, éticas y medioambientales, lo cual ha traído cambios significativos en el diseño, producción y comercialización de los productos. La responsabilidad social y la sostenibilidad se han convertido en elementos clave de muchas marcas.

También la han impulsado a ser  más inclusiva y representativa en términos de raza, género, orientación sexual y tallas. Han luchado por un mayor énfasis en la representación de grupos subrepresentados. Pero, sobre todo, el cambio viene en la narrativa y comunicación, las historias son más auténticas y se promueven valores de igualdad, justicia social y empoderamiento. Y por otro lado, con el uso de redes sociales, esta sociedad ha llevado a cabo un escrutinio público de las marcas en donde si incumplen, se les impacta significativamente en su reputación y se les hace un boicot.

Pero mi querido lector, no se nos olvide que la industria de la moda es un negocio. Los negocios tienen que generar dinero si no, pues no son negocios. Si bien es muy importante crear vínculos con el comprador, que éste se sienta identificado y tomado en cuenta por la marca, existe algo muy importante con la moda: es aspiracional.

En el momento en que la moda no me hace soñar, no me hace olvidarme de la realidad, no me hace sentirme especial, en ese momento dejó de ver la necesidad de invertir en algo nuevo. Debe ser aspiracional para todos.  La moda cumple el objetivo de realizar nuestros sueños.

Tal es el caso de lo que le sucedió a Victoria’s Secret, marca famosa por su lencería sexy y por sus “ángeles”, modelos súper extra guapas que lo modelaban. En el afán de subirse a esta sociedad “woke” cambiaron la narrativa, sacaron a sus “ángeles”, metieron a modelos comunes y corrientes, como tú, como yo, de todas las razas, estaturas y tallas, ¿y qué crees? ¡Se desplomaron las ventas!

En su más reciente campaña podemos ver su regreso a los estándares de belleza de antaño, Hailey Bieber, Emily Ratajkowski y algunas modelos talla plus como Paloma Elsesser y Ali Tate Cutler. 

Y es que hay ciertos caprichos de la moda que no se pueden dejar a un lado aunque seas un woke de hueso colorado.

 

POR BRENDA JAET

MAAZ

 

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