TENDENCIAS

#MéxicoNosNecesita, la historia del hashtag que unió al país en la tragedia del 19S

Para nadie es un secreto que en desastres naturales la organización y el apoyo ciudadano es a toda prueba y ahora se traslada a las redes sociales

TENDENCIAS

·
El 19 de septiembre es una fecha fundamental para los mexicanos Foto: Especial / EFE

El 19 de septiembre es una fecha muy dolorosa, especialmente para quienes viven en la capital del país, tanto en 1985 como en 2017, un terremoto puso en pausa la vida ajetreada de millones de personas en el centro del país, y en poco tiempo esa misma gente tuvo que reaccionar para hacerle frente a la situación caótica que se vivía en las calles y dentro de los hogares.

Además de los sismos de esa fecha, doce días antes (el 7 de septiembre de 2017), otro movimiento devastó la zona istmeña de Oaxaca y Chiapas, mientras que en la capital y otros estados vecinos fue una noche tensa pero que no pasó de un susto, en las entidades sureñas el drama y las imágenes de desolación comenzaron a difundirse unos segundos después de que comenzó el terremoto, algo impensable en 1985 por ejemplo, pero que nos ofrece un panorama de lo importante que son ahora las redes sociales y la tecnología para podernos enterar casi en tiempo real de lo que está sucediendo en otras latitudes.

Ese siete de septiembre, una imagen se hizo viral tanto en Twitter como Facebook, la imagen del Palacio Municipal de Juchitán completamente destruido por el sismo, alguien de los lugareños encontró la bandera de México tirada entre los escombros y decidió colocarla encima del edificio colapsado como símbolo de lucha frente a la tragedia que se estaba viviendo, y lo logró, su mensaje caló hondo, mostrando que en medio de la tragedia sale lo mejor de las personas y en otros casos lo peor.

Dos semanas después y aún con la herida abierta en Oaxaca y Chiapas, los capitalinos recuperaron los fantasmas que creyeron haber enterrado en la memoria, apenas dos horas después de haber concluido con el simulacro que año con año se lleva a cabo precisamente para evitar que otro fenómeno de esa naturaleza impacte como lo hizo en 1985, otro terremoto cambió la jugada.

A las 13 horas con 14 minutos, un movimiento de magnitud 7.1 cimbró de nueva cuenta a la capital del país y a varios estados del centro, está vez ni siquiera hubo tiempo de poner en práctica los protocolos de seguridad, la alarma sonó mientras se llevaba a cabo el sismo, no hubo manera alguna de salir antes de que se registrará y dejó secuelas muy difíciles de poder sanar, la explicación es sencilla, el epicentro tuvo lugar apenas a 120 kilómetros de la capital, en Morelos, mientras que en 1985 fue a 400 kilómetros, muy cerca de Michoacán.

En Morelos, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de México, y la ciudad de México, el movimiento se sintió como nunca antes, un terremoto que puso en alerta de nueva cuenta como 32 años atrás a la sociedad mexicana, siempre atenta y por arriba de cualquier autoridad para organizarse y mostrar apoyo a quien lo requiera.

Herencia cultural de las calles a las redes

En apenas unos minutos comenzó la respuesta en redes sociales, si bien en un primer instante las comunicaciones se vieron interrumpidas, con el paso de los minutos se fueron restableciendo y entonces una marejada de usuarios comenzaron a difundir información trascendental para apoyar a las decenas de personas que perdieron sus casas, que permanecían debajo de los escombros, solicitaban ayuda con apoyo de sus teléfonos, quienes estaban desesperados por saber sobre sus familias, sus mascotas, sus amigos, y de qué forma podrían ayudar ante la crisis.

A partir de entonces la información y la ayuda comenzó a fluir por medio de grupos, usuarios conectados en distintas redes sociales y desde luego, a través de etiquetas, los llamados ‘hashtags’ para enfocar las ayudas teniendo un eje rector para colaborar, esos hashtags comenzaron con el #SimulacroCDMX para avisar sobre el simulacro, pasando por el #FuerzaMéxico para demostrar entereza hasta el #MéxicoNosNecesita como incentivo de apoyo y ayuda sin depender de las acciones de gobierno, pero si para encauzarlas y darles una mejor utilidad.

Los usuarios enfocaron las baterías en redes para apoyar y organizar toda la información que fluyó de manera incesante, de acuerdo con un estudio difundido por el investigador Simon Belfort, aproximadamente se generaron más de siete millones de tuits en una semana desde que sucedió la tragedia, con especial énfasis en Twitter, sin embargo, Facebook y WhatsApp tampoco se quedaron atrás, solo que a diferencia de lo que sucedió en Twitter, las otras dos plataformas se inundaron rápidamente de mensajes, videos y fotografías apócrifas con información inexacta y poco creíble, combinada con información sesgada.

En ese sentido también hubo una respuesta con el HT #Verificado19S, que surgió como una ventana de oportunidad y servicio social para encauzar la ayuda y las peticiones legítimas por encima de la información que solo buscaba enrarecer el clima de agitación y emergencia que se vivía.  Y sin duda, la mayoría recordamos los temas que surgieron en redes sociales y medios de información tales como #FridaSofía #MarinaChan #Frida #MexicoSOS #HéroesSinCapa #PawPatrol (etiquetas que se posicionaron para demostrar el cariño a los perros rescatistas y en especial a uno #Frida) #Rébsamen, #AyudaPuebla, #Brigadistas #Morelos, #Hueyapan,  entre cientos más.

Afortunadamente la población supo responder a la altura de las circunstancias, se unió no solo en redes sociales para organizar la información, lo más importante es que esa cohesión virtual pasó de inmediato a las calles, algo que es prácticamente una herencia cultural luego de lo que pasó en 1985, los padres y abuelos de los jóvenes de hoy salieron de inmediato en 1985 con palas, picos, cubetas y sus manos a rescatar a vecinos y amigos, los jóvenes hicieron lo mismo en el 2017, y revaloraron su herencia con el apoyo de la tecnología.

Quizá por esa razón en el Día Internacional del Hashtag (instituido un año después de la tragedia, un 23 de agosto de 2018), hacemos un reconocimiento a todos aquellos que encontraron respuestas y las ofrecieron, teniendo como escenario una tragedia que enlutó a cientos de hogares, pero que también nos demostró que puede servir para el bien común y para enfocar los esfuerzos en beneficio de quienes más lo necesitan.